Dio comienzo en Madrid el delirio del revanchismo, el odio político en estado puro por parte de la que habita el Ayuntamiento madrileño, que no es otra que la heredera de aquellos que «paseaban» hacia la muerte, después de haber pasado por aquellos lugares del terror rojo, de tortura, que fueron la «checas» comunistas y socialistas en la guerra civil. Los mismos, que ya en la II Segunda República, aplicaban su «libertad» y sentido «democrático» asesinando por la espalda.

Hoy, los que afortunadamente perdieron la guerra de liberación nacional, intentan «vencer» borrando la historia que no les gusta, ayudados por la inefable «ley de memoria histórica» y la cobardía y complicidad de la pusilánime derecha.

Retiran las placas de las viviendas de quienes más adelantos sociales ofrecieron a los españoles, retiran los nombres de las calles de verdaderos héroes, falangistas, de españoles insignes, de sacerdotes asesinados por su fe…

Maldito sea el pueblo y los gobernantes que olvidan a sus héroes, que pretenden borrar la parte de la historia que no les gusta o le es incómoda.

A unos y a otros, por sus hechos los conoceréis.

No acabarán con nuestra historia, que es de todos, que es de España.

¡ORGULLOSOS DE NUESTRA HISTORIA FALANGISTA!