Como si de pequeñas embajadas se tratase, la mayoría de comunidades autónomas han instalado su propia delegación en Madrid, algunas de ellas en edificios que nada tienen que envidiar a las representaciones extranjeras.

Entre los distritos y calles más distinguidas de Madrid se reparten estas sedes, unas en pleno Paseo de la Castellana -donde se encuentra la delegación andaluza-, otras, como la Casa de Galicia, a un minuto del Museo del Prado. El objetivo de esta instalación en la capital es común a todas las delegaciones: Aprovechar la visibilidad y publicidad que les ofrece su presencia en Madrid. Alguna, incluso va más allá. Como es el caso de Cataluña.

Blanquerna, librería, centro cultural y oficina de turismo, recibe el nombre del joven protagonista del Llibre d’Evast e Blanquerna, escrito a finales del siglo XIII. Es un personaje que mediante su vocación religiosa, intenta alcanzar la perfección espiritual en un espíritu inquieto y emprendedor. Su autor, el filósofo, primero laico, luego fraile franciscano y siempre prolífico escritor de origen mallorquín, Raimundo Lulio, que la escribió a fines del siglo XIII, fue figura importante en la Edad Media; por ello, como homenaje a uno de los más relevantes escritores en lengua catalana de todos los tiempos, la Generalidad dio este nombre al centro difusor de cultura catalana que creó en Madrid en 1993. Hasta aquí, nada que oponer a las llamémosle ideas fundacionales.

Otros dicen que el nombre deriva del palacio que en Constantinopla alojó a los almogávares, tropas de choque, espionaje y guerrilla presentes en todos los reinos cristianos de la Península Ibérica a lo largo de la Reconquista, formadas principalmente por infantería ligera y especialmente conocidos por el activo papel que jugaron en el Mediterráneo, aquellos procedentes de la Corona de Aragón entre los siglos XIII y XIV. Allí fundaron el ducado de Neopatria que constituyó una parte más del reino de Aragón y, por tanto, de Cataluña, pues se conquistó por aragoneses (catalanes incluidos) y navarro-aragoneses. Los catalanistas se atribuyen ese éxito confundiendo la parte con el todo, por lo que este término lo han utilizado en diferentes ocasiones, especialmente por el “mundo patriótico catalán” idealizándolo y haciendo de él todo un proyecto de futuro: ¿También para su hipotético ejército?

Puesto que cuentan con un generoso presupuesto autonómico, se instalaron en un amplio edificio, próximo al Banco de España (¿mandará con ello algún mensaje subliminal?) y en él ha configurado unos magníficos espacios para exposiciones, conferencias, conciertos y aulas, además de la consabida librería y propaganda turística. El problema llegó con el desarrollo de las ideas separatistas de don Arturo Mas. A partir de ahí, lo que oficialmente se presenta como espacio cultural, se amplía y actúa como “embajada” de la Generalidad catalana. Durante un tiempo, su fachada lució exclusivamente su bandera estelada y, considerándose más que cualquier otra embajada, vulnerando disposiciones oficiales, la lució en solitario, haciendo caso omiso a la bandera de todos los españoles. En la actualidad, aunque desconozco desde cuándo, está izada la bandera nacional y, también la cuatribarrada, que era la suya tradicional, tal como la embajada de Canadá, Francia o EE.UU, con la diferencia de que, so pena de que, con ocultación y alevosía, se le haya concedido esa categoría, oficialmente no disfruta de ella. No obstante, en diversas páginas web figura como “Sede de la Generalidad de Cataluña en Madrid”, incluso en la página oficial del Ayuntamiento de Madrid figura como tal y remiten a blanquerna.presidencia@gencat.cat. ¿Por qué se consiente esta situación?

De modo que cuando don Arturo Mas viene a Madrid, se cree en Blanquerna un almogávar en Neopatria y, olvidándose de las más elementales normas de educación, impone sus formas absolutamente alejadas de la cortesía diplomática de la que debe hacer gala cualquier buen gobernante del nivel que sea. En septiembre de 2012 vino a entrevistarse con el Presidente del Gobierno de España, de la España de la que él forma parte, para dar cuenta de que había presentado en el Palacio de la Generalidad en Barcelona «el embrión» de la futura Agencia Tributaria de Cataluña, un convenio con las cuatro diputaciones catalanas para «integrar la administración tributaria» y mejorar la lucha contra el fraude fiscal.

Al día siguiente de dicha presentación, se reunió con Rajoy en Madrid y tras declinar el ofrecimiento de celebrar la rueda de prensa en La Moncloa, como marca el protocolo y la costumbre cuando un dirigente autonómico se reúne con el presidente del Gobierno, el señor Mas, tiene que ser más, así que después de saltarse de nuevo las normas, convoca a la prensa en lo que considera su embajada. Y sin ningún respeto a España, coloca una bandera catalana y otra europea olvidándose de la enseña que nos representa a todos para decirnos que Cataluña nunca había estado tan cerca como ahora de ver satisfecha su aspiración y anhelo de «plenitud nacional«.

El desprecio que continuamente demuestra este individuo por los símbolos nacionales y por los propios españoles, es habitual y constante. Por ejemplo en noviembre de 2013 durante el encuentro con Shimon Peres en el palacio presidencial de Jerusalén, y que ponía fin al viaje oficial de cuatro días del presidente a Oriente Próximo, se eliminó del escenario la bandera nacional, porque el señor Mas se negó a ser fotografiado delante de ella. El séquito de la Generalidad exigió quitar la bandera española, y como no tenían una bandera catalana, según informó El Confidencial, la sustituyeron por otra israelí. Desde la Generalidad aseguran, cobardemente, que la iniciativa de no colocar la bandera de España partió de Israel a iniciativa propia; el embajador español en Tel Aviv, Fernando Carderera, había reclamado la presencia de la bandera de España. Un portavoz oficial de la Embajada de Israel en Madrid evitó hacer cualquier comentario al respecto, porque, la diplomacia es la diplomacia, aunque, seguramente para muchos, es innecesaria la aclaración.

Estos continuos menosprecios y desaires infringidos a los símbolos de la Patria, han sido revulsivo, motivo de protesta para el común de los españoles, pero ¿qué hacían aquellos que siempre se encuentran más cerca de estos personajes? ¿Algún periodista le ha reclamado la presencia de la bandera de España? Héroes, que son unos héroes, los que hacían plante de cámaras en algún momento que a ellos les interesó y nunca para defender un bien general. ¿Y el Gobierno? ¿Por qué no impide que ese centro cultural sea considerado “embajada” por una autonomía amenazadora de escisión? Se empezó aceptando la manipulación del lenguaje con la dualidad de “Cataluña y España” y ahora por elevación parece que los llamados “poderes fácticos” consienten la constitución de una embajada en pleno centro de España y encima quieren hacérnosla soportar.

La última desfachatez ha sido celebrar en Blanquerna la Diada lo mismo que la embajada francesa celebra la toma de la Bastilla el 14 de julio, como si este centro cultural fuera una embajada de un país ya independiente. Ninguno de los poderes del Estado, (central, los demás entes autonómicos ni el ayuntamiento) ha protestado y mucho menos movido un dedo para atajar esta situación, pero sí que hubo un grupo harto de los desplantes del… ¿Molt Honorable? Al grito de «no nos engañan, Cataluñaes España«, unos cuantos falangistas entraron en el centro cultural, ante lo cual,prácticamente todos los medios de comunicación clamaron, porque, además de lo que consideraron una violenta irrupción, llevaban banderas con el Águila de San Juan y de Falange y tiraron la bandera de Cataluña, no la rompieron, no la quemaron, la arrojaron al suelo.

Surgen, por ello, varias preguntas al respecto:

*¿Por qué no defienden con la misma vehemencia y exigen igual contundencia en el castigo a aquellos individuos o sus partidarios cuando vituperan y queman en una pira pública la bandera nacional?

*¿Por qué les molesta tanto la bandera con el Águila, siendo como es la más antigua en la representación de España? ¿Les hace daño recordar que es la que ha venido defendiendo valores morales que ahora, con el beneplácito de los poderes públicos, se están perdiendo? Por poner un ejemplo: No me imagino que se pueda defender el asesinato de inocentes, como es el aborto, bajo esa, por ellos denostada, bandera.

*¿Por qué hubo que aceptar su imposición del cambio de escudo cuando ya la Constitución de 1812 (“la Pepa”) y la Constitución del 78 se firmaron, la primera en el Oratorio de San Felipe Neri en Cádiz y la segunda en el Parlamento Español, ambas amparadas por el del Águila de San Juan? Estuvo vigente hasta el año 81, es decir, 3 años después de la promulgación de la Constitución y no se entiende la sustitución a no ser que se debiera a presiones del grupo que alardea de “libertad, igualdad y fraternidad” y que pretendía imponer el escudo “almenado” de la I y la II República o quizás el fallido de la “Corona Cívica” que sugirió la R.A.H para esta última.

*¿Por qué en este Estado tan democrático unos pueden manifestarse haciendo ondear sus banderas republicanas y a los demás se les prohíbe hacerlo con la bandera con el escudo de los Austrias? Si se considera que ésta no es constitucional, la anteriormente dicha, tampoco.

*¿Por qué se permite que se exhiban banderas de la CNT y rojas con la hoz y el martillo (con los dolorosos recuerdos que evocan) y escandaliza y no se permiten las que amparan movimientos contrarios como Alianza Nacional, Frente Nacional, Falange Española, etc.?

*¿Por qué aun cuando siguen extorsionando a sus víctimas, ̶ siempre alumnos de derecha ̶ , no se ha detenido a ningún miembro de aquellos grupos de ideología izquierdista que llegaron a causarles lesiones dentro de una Universidad, (claro que bajo el rectorado del señor Carrillo), de las cuales han tenido que ser atendidos en centros especializados?

Si aceptamos lo expresado en el artículo 14 de la Constitución: “Los españoles soniguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”¿Qué razones esgrimen quienes deben defender los derechosparticulares de los españoles y evitar estas arbitrarias discriminaciones?

Y por último, lo que consideramos más importante:

*¿Por qué tanta inacción en el blindaje de los intereses generales de la Nación, siendo como puede resultar esa pasividad lo más preocupante y peligroso para todos los españoles? ¿Tendrá algún significado oculto que se utilicen reiteradamente subterfugios para prolongar una situación de desgaste y deterioro que induce al temor de que al final la balanza del poder se incline a favor de los que quieren una España fragmentada? ¿No estaremos, por desgracia, rodeados de quisling1?

Naturalmente que nos referimos a la utilización de la palabra en la acepción inglesa.2

Valentina Orta

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(1)Vidkun Quinsling fue un político noruego que colaboró con los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial a los que facilitó la invasión a su país y por ello fue nombrado Ministro Presidente de Noruega. A esta actuación se le llamó colaboracionismo y después de varios artículos del The Times, Daily Mail y la BBC, se utilizó el término “quisling” como sinónimo de traidor, llegando a ser utilizado hasta por el primer ministro del Reino Unido Winston Churchill durante un discurso ante los delegados aliados. Con el significado “aquel que colabora con los invasores” también ha sido usado en otros idiomas europeos.

(2)En inglés, fue usada la derivación regresiva del verbo “to quisle”, para referirse al acto de cometer traición a la patria.