señores del Tribunal Constitucional, he de decirles que NO, no nos engañan, a nosotros no nos engañan.

Bien que se apresuraron en publicar una nota de prensa con el Fallo de una sentencia que conducía al error, esa era su intención. Conocedores de que los medios de comunicación serían su altavoz trasmitiendo la primera impresión que siempre es la que queda: mis camaradas de Blanquerna no entrarían en prisión.

¡Mentira! A nosotros no nos engañan. Como buenos estrategas y una vez difundido el Fallo, a los tres días publicaron la sentencia en su integridad, y claro, los que sabemos un poco de leyes profundizamos en su contenido, y NO, a nosotros no nos engañan.

La sentencia dictada por el Tribunal Supremo era flagrantemente injusta, es más, era una sentencia que prevaricaba, porque prevaricar es dictar una resolución injusta a sabiendas de que es injusta, y así  fue. Muy en contra de cómo debe fallarse una sentencia, analizando pormenorizadamente los hechos para aplicarles de manera razonada y motivada las leyes, se concibió un Fallo injusto, desmesurado y ejemplar, y una vez concebido ese Fallo, se orquestaron hechos y leyes para crear la Sinfonía de la Alegría de Sus Señorías.

Pero dicho esto, NO, a nosotros no nos engañan. La Sentencia dictada por el Tribunal Constitucional sigue siendo injusta. Bajo mandato al Tribunal Supremo, que deberá dictar una nueva sentencia condenatoria por el delito de desórdenes públicos en concurso ideal con el delito de impedimento del derecho de reunión, y esto dicho así, para la mayoría de los mortales puede parecer algo sin importancia, un hecho nimio, pero señores magistrados, saben ustedes perfectamente que la condena será de entrada en prisión.

NO,  a nosotros no nos engañan, pero SÍ engañan a los medios de comunicación, a la opinión pública e incluso a mí madre, que sabiendo quién soy, espetó: “Hija, los del Blanquerna ya no van a la cárcel”.

señores magistrados, no falten ustedes a la verdad. Ustedes que son Alto Tribunal. Ustedes que son garantes y ejemplo de la Alta Certeza.  Así es  como deberían de ser, pero en realidad… son ustedes unos peleles sometidos al dictado político de turno que mejor marque su paso hacia esa gloria del poder.

¿Qué sentencia se acercó más a la verdad, a la justicia? Desde mi formación jurista me atrevería decir que la dictada por el Tribunal que juzgó en primera instancia, órgano imparcial e independiente, más próximo al pueblo y más lejano del poder.  Desde mi formación moral, cualquier sentencia será injusta, porque decir la verdad y defenderla, no es que sea justo o injusto, es que es una obligación.

señores magistrados, cuando yo estudiaba la carrera de Derecho se nos enseñaba: “Confirmar es de obispos y revocar es de obreros”, dicho esto, sobra decir cuál será su Fallo.

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¡¡¡BLANQUERNA ABSOLUCIÓN!!!