Podría ser el título de una nueva película de ciencia-ficción, pero es la realidad europea desde el recién terminado año 2015.
La llegada de más de UN MILLÓN de «invasores» a Europa; formado por refugiados, inmigrantes y algunas terroristas, procedentes de países de Oriente Medio y el norte de África. Este será el principal problema de Europa en los próximos años y se incrementará día a día.
No negaremos que parte del problema ahora es humanitario, pero la lucha de Europa, y por tanto de España, desde ahora será la lucha de la Revolución Nacional y el Cristianismo contra el Islam político, en sus múltiples formas (Al-Qaeda, Daesh, petromonarquías feudales, etc.). Sin olvidar nunca la lucha en la sombra, contra la plutocracia masónica que trata de imponernos el Nuevo Orden Mundial.
Esta invasión de personas que huyen de sus países en conflicto, supone, por una parte, «limpiar» la retaguardia de su califato de elementos desafectos, y por otro, eliminar la base social de los gobiernos árabes que contaran con menos combatientes y soporte humano.
Esta marea humanitaria está creando conflictos en el interior de las naciones europeas, comenzando por Alemania -la que más acoge-, donde proliferan las agresiones y violaciones a mujeres alemanas por parte de grupos de «moros», y la masiva ocupación de parques públicos y polideportivos, impidiendo su uso por los ciudadanos que con sus impuestos los mantienen.
La respuesta de los políticos es la tontería habitual: Sobre todo que no surja la «islamofobia». ¡Ya es tarde, amigo¡ Entre los mezquinos gobiernos europeos surgen los conflictos por aparentar resolver el problema, pero sin mojarse: cupos, papeles, integración, etc. etc. Palabras vacías que no solucionan nada. Todo demuestra que mientras las naciones europeas -sus sociedades- no tomen conciencia de la realidad y actúen en consecuencia, el Islam político seguirá avanzando. Ya está asentado en Europa y actúa con total impunidad en nuestras ciudades.
Cada día crecerá el número de invasores y las conquistas territoriales, y tarde o temprano, los jóvenes europeos tendrán que luchar por la salvación y reconquista de la vieja Europa, algo que no les resultará demasiado «diver» dado lo estúpido de la formación recibida.
Una solución que nadie plantea adoptar sería ayudar humanitariamente a esos refugiados, infundirles la moral y la formación necesarias, y reexpedirlos a luchar a sus países de origen para liberarlos de la lacra yihadista. Me parece que no van por ahí los tiros… y nunca mejor dicho.
Los falangistas denunciamos la hipocresía de los gobiernos europeos y la desidia de sus ciudadanos, mientras nos preparamos para la lucha.
FyE