Aquí tienes el discurso que realizó nuestro Jefe Nacional, Manuel Andrino, en Murcia. Para que no queden dudas.
A pesar del cerco de silencio y del ninguneo característico de los medios de desinformación del sistema, estamos aquí, en Murcia, para decir a todos estos “demócratas de pacotilla”, que a pesar de su sectarismo y de su odio, los que conformamos la coalición ADÑ, nos hemos marcado como objetivo, el deber ineludible de tener PRESENCIA EN EL PRESENTE.
No nos van a callar, y por supuesto, les vamos a decir cada vez más alto y más claro, que además, algunos no tenemos ninguna intención de olvidar nuestro pasado, del que además, nos sentimos profundamente orgullosos.
Estamos convencidos de que podemos aportar soluciones eficaces y duraderas a los enormes problemas económicos y sociales de este sistema ultraliberal, tan injusto, que a través de la UE, permite y fomenta la situación de pobreza y de ruina de millones de personas en España y en el resto de Europa.
Frente a las políticas que nos imponen desde Europa, creemos que todas, absolutamente todas, las fuerzas económicas deben estar al servicio del hombre y no, de lo de que normalmente conocemos como “mercados financieros”.
Defendemos la verdadera economía social, frente a la economía de la especulación y de la corrupción.
El principio fundamental de estabilidad económica de la nación, debe ser la defensa sin excusas, del poder adquisitivo del salario de los españoles.
Hay que terminar con los sueldos de miseria que tienen mayoritariamente los trabajadores españoles, lo que les hace vivir en muchos casos en el umbral de la pobreza, o sin grandes expectativas de futuro.
Es inconcebible e inexplicable que el trabajo se haya convertido en el sueño imposible de millones de españoles que no son capaces de encontrarlo, y que cuando lo hacen, tienen que aguantar situaciones de semiesclavitud y salarios de vergüenza.
Se acepta como normal, como un mal menor, el hecho de que la tasa de paro en España, haya llegado al 25 %, y que cuando estamos en lo que ellos llaman “época de bonanza” haya no menos de dos millones y medio o tres de personas desempleadas, duplicando y triplicando la tasa de nuestros “socios” europeos.
Porque esto es lo que está pasando ahora, en pleno siglo XXI, en la España “superguay” de Pedro Sánchez o Mariano Rajoy. En la que según ellos, es la “mejor España de todos los tiempos”, donde las universidades se han convertido en auténticas máquinas de fabricar parados, y nuestros mayores malviven con pensiones de auténtica miseria.
Desde que ingresamos por la puerta de atrás en la UE, se ha convertido a parte de la sociedad española en una masa preferiblemente subvencionada, que en muchos casos prefiere no trabajar, y vivir a costa de la “peonada” de turno, como forma de garantizar un voto cautivo.
Esta situación que todo el mundo sabe, se oculta o se niega por parte de todos estos partidos que viven de esa corrupción generalizada que se ha instalado en España y en Europa como algo normal.
Durante la reciente crisis, y las anteriores, las imposiciones de la Unión Europea han lastrado, y de qué manera, la recuperación económica en España.
Se ha asfixiado a las familias españolas con unos impuestos desorbitantes que nos han hecho perder una enorme capacidad de gasto e inversión, volviendo a situaciones que parecían ya olvidadas.
Necesitamos YA, verdaderas políticas de protección de nuestra industria, frente a la competencia desleal de esas multinacionales que producen en países cuyos trabajadores carecen de verdaderos derechos laborales.
Para la mejora del nivel de vida de nuestros conciudadanos defendemos la intervención firme y decidida del Estado en la política económica, por encima de los intereses de bancos o grandes corporaciones que imponen sus políticas en Bruselas o en Madrid.
Hay que crear un verdadero servicio de crédito oficial, a imagen del que en otros tiempos existió en España, y que garantice préstamos a muy bajo interés para la adquisición de una vivienda, o la concesión de créditos a pequeñas y medianas empresas en condiciones muy favorables.
No se puede permitir ni un minuto más, el ver como bancos y cajas se reparten millonarios beneficios, mientras que cuando hay pérdidas, o riesgo de quiebra, hay que rescatarlos con el dinero de todos nosotros.
El acceso para los españoles, OJO, para los españoles, a la educación y a la sanidad debe ser, sin excepción, absolutamente universal y gratuita. Como también hay que garantizar por Ley, el que la vivienda es un bien de primerísima necesidad, y debe ser verdaderamente asequible para que no suponga la hipoteca de por vida para millones de españoles, fundamentalmente jóvenes, obligados a vivir de por vida en casa de sus padres.
Ya fuimos capaces de conseguir en su momento, que millones de españoles tuvieran una vivienda digna y en propiedad, algo que ahora parece estar mal visto, o directamente es inalcanzable.
Posiblemente nunca como hasta ahora, el problema de la vivienda y los miles de desahucios de familias condenadas a vivir en la calle ha sido tan sangrante y tan injusto, y por eso exigimos la paralización inmediata de todos estos desahucios, que nada tienen que ver con la ocupación ilegal, que al amparo de las instituciones, promueven los perroflautas y demás escoria de la sociedad.
Se nos imponen desde Europa, políticas que llevan a la precarización del trabajo, y al desempleo que atenta contra la economía nacional y contra la dignidad de los españoles.
Nadie se acuerda de cuando nos vendían que abaratando el despido aumentaría el empleo, con el resultado que también todos conocemos, de empleo en precario, por días y hasta por horas, y seguimos con millones de parados.
Como nadie parece acordarse de cuando nos decían que la inmigración era necesaria para pagarnos las pensiones, y el resultado es el de todos conocido. Que nunca como hasta ahora las pensiones de los españoles han estado tan amenazadas, mientras las élites políticas y económicas, blindan su futuro a nuestra costa con indemnizaciones multimillonarias.
Las políticas económicas impuestas desde la UE a España, ha tenido como primer objetivo maltratar a los asalariados y a los autónomos españoles, que además se han visto privados de conseguir ayudas sociales en materia de vivienda o de educación.
Unas ayudas que en gran parte han ido a parar a toda esa población inmigrante que, utilizada y dirigida por las élites económicas y políticas, ha producido como efecto inmediato, el abaratamiento de la mano de obra en España.
Todavía nos acordamos cuando se hablaba de los mileuristas en plan despectivo, y hoy en día, el que adquiere dicho título, prácticamente es como si le hubiera tocado la lotería, dando igual tenga título universitario o no.
Las imposiciones que han llegado del Parlamento Europeo y de sus órganos de Gobierno, son que hay que contener los salarios, disminuir los derechos laborales, y desmantelar, de una forma más o menos sibilina, el llamado estado de bienestar.
En países como España, se ha recortado el presupuesto en educación, en sanidad, en sueldos de funcionarios y en pensiones, con la excusa de que o se acometían esos recortes, o se acababa con ese supuesto estado del bienestar. Mentira y grande.
¿Por qué no acaban con los cientos de miles de millones de euros que supone de gasto este nefasto Estado de las Autonomías y sus diecisiete miniestados?
¿Por que no se han recortado o suprimido las subvenciones multimillonarias a partidos políticos, sindicatos y banqueros, que no contentos con ello, se han dedicado de manera abierta y flagrante a la corrupción y al saqueo de las arcas públicas?
¿Por qué no acaban con la tremenda burocracia de Bruselas y el cementerio de elefantes en que han convertido al Parlamento Europeo, que dilapida cantidades astronómicas todos los años, para beneficiar a los de siempre?
Pues no han tomado estas medidas, porque se acabarían los privilegios de miles de asesores politizados que tienen en ayuntamientos, comunidades autónomas, ministerios y parlamentos, y que les garantiza un voto cautivo muy importante.
Han preferido proteger los injustos intereses de los bancos, causantes directos de la crisis económica, en detrimento del pequeño ahorro de la clase media que se ha hundido estrepitosamente porque ha sido machacada a impuestos.
Esa clase media, por cierto, creada en otros tiempos tan denigrados hoy, y que durante estos tiempos tan duros de la crisis, ha mantenido en unos niveles de dignidad a las familias españolas y por extensión a la Nación española.
A algunos se nos ha tachado durante muchos años de demagogos por decir que quizás había que nacionalizar el crédito. Pero en cambio hemos tenido que tragar, sin poder decir ni pío, con nacionalizar las pérdidas de miles de millones de euros, de bancos, cajas y otras entidades financieras, que durante mucho tiempo han financiado y perdonado las deudas de partidos políticos o sindicatos vendidos al gobierno de turno.
El Estado ha sido incapaz de crear otro tipo de economía que no sea la del turismo, tan sensible y tan volátil a cualquier cambio en la situación internacional.
Porque desde nuestra entrada en la UE, hemos preferido ser un país subvencionado, y no competir con otros países europeos, desmontando industrias esenciales que hasta ese momento mantenían en todo lo alto el tejido productivo de España. Nos hemos conformado con ser el “geriátrico” de Europa, con un turismo de baja calidad y mucha facilidad para cambiar de destino.
Somos los que defenderemos al trabajador frente al desempleo. Frente a los despidos caprichosos por motivos económicos. Frente a las reconversiones y las jubilaciones anticipadas por intereses políticos o de empresa.
Somos los que buscaremos el pleno empleo como ya hicimos en el pasado, buscando una verdadera estabilidad en el puesto de trabajo, garantizando esa justicia laboral por la que tanto luchamos y que hoy han arrebatado a los trabajadores.
Somos los que garantizaremos las pensiones de jubilados, viudas o viudos, para evitar que caigan en la indignidad y en la caridad.
Somos los que implantaremos una educación nacional y gratuita que prime el esfuerzo y el sacrificio, pero que no permita que las aulas estén llenas de vagos ni convidados.
Somos los que rescataremos aquella sanidad pública que tanto impresionó en su momento y que no hará distingos en función de la región de España donde se viva o resida, volviendo al sistema único de salud para todo el territorio nacional, y acabando con la situación que ha provocado este nefasto Estado de las autonomías, con ciudadanos de primera, de segunda y hasta de tercera.
Somos los que acabaremos con las diferencias en la administración de justicia, para que no haya una justicia para ricos y otra para pobres, accediendo a los Tribunales desde una posición de absoluta igualdad, y por supuesto, primando los intereses de ESPAÑA a los del resto de la UE.
En ningún caso aceptaremos que las sentencias emanadas al amparo del buenismo y de la estupidez de los tribunales europeos, impongan situaciones tan vergonzosas como la de los prófugos separatistas catalanes, o los terroristas separatistas vascos, que continúan humillando a España y a sus tribunales.
ESTE es NUESTRO ADÑ y no lo queremos perder.
En todo caso queremos que todos los españoles se sientan orgullosos de serlo para que ESPAÑA vuelva a ocupar el puesto que se merece en Europa y en el mundo, porque no dudéis que nadie nos va a regalar nada.