Que los demócratas han negociado con terroristas en estos mas de 35 años de basura democrática, es algo conocido, vomitivo y asqueroso, pero que se haya llegado a lo que refleja la sentencia de la Audiencia Nacional de ayer, sobrepasa todos los límites.

Los policías chivándose a los terroristas ante la inminencia de unas detenciones, permitiendo que les llegara el dinero usado para asesinar y prestándose en nombre de sus superiores a un trabajo repugnante para las víctimas del terrorismo, entre otros, muchos de sus compañeros es algo que parece les cueste creer a todos estos “demócratas de pacotilla” que entre otras cosas pretenden nuestra ilegalización, cuando han justificado, defendido y promovido los asesinatos de los separatistas de ETA y ejemplos como el del chivatazo del Bar Faisán, es para echarse a temblar.

Estos demócratas amigos de las checas, del secuestro, de la tortura y del asesinato a través del GAL, de la excarcelación de Bolinaga y de la negociación donde y cuantas veces hagan falta, son los mismos que han dirigido toda su artilleria mercenaria a través de la policia y los medios de comunicación para criminalizar a los patriotas que impidieron el acto criminal, por secesionista, el pasado 11 de septiembre en Madrid.

Si no fuera porque vemos hasta donde llega la manipulación que se hace de una presunta justicia, a todas luces vendida al poder político, nos darían ganas de reir cuando nos hablan de separación de poderes y blah, blah, blah.

Hay que ser bastardo para emitir una sentencia como la que ayer conocimos, y hay que ser ratas de la peor calaña para haberse prestado a cumplir esas órdenes dadas por parte de estos “demócratas” vendepatrias y traidores, con los que algún día echaremos cuentas.

Y lo que decimos no es especialmente más violento que lo que ayer se oyó en esa cueva de ladrones sita en la carrera de San Jerónimo en Madrid, donde ante el silencio de los trescientos y pico cobardes y corruptos que allí se reúnen, se lanzó una amenaza directa y concreta contra España, sin que nadie osara soltarle dos bofetadas, como mínimo, al portavoz que se atrevió a semejante desafío.”

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