Llenos de ira por el cobarde y brutal asesinato del falangista Víctor Laínez por un grupo de izquierdosos, nuestras juventudes le recuerdan como se merece y como mejor saben hacer, en las calles de España ya sea en Madrid, Barcelona o Vitoria.

Un asesinato por odio a España alentado, subvencionado y protegido por políticos, jueces y medios de comunicación.

Los asesinos viven y muy bien de lo público y en un espacio público que nadie se plantea cerrar. Son los amigos de Pablo Iglesias, Pedro Santisteve, Carmena y sobretodo de Ada Colau que les debe la alcaldía de Barcelona después de usar el repugnante documental «Ciutat morta» sobre la condena por dejar tetrapléjico a un Guardia Urbano, en su campaña electoral.

La Justicia -seriamente difamada en dicho documental- dejó en pocos años de cárcel tan brutal ataque que dejó rota de por vida una familia con cuatro hijos pequeños… Justicia que no expulsó al chileno como la ley ordena, Justicia que mima o consiente a los grupos de extrema izquierda hasta que ya es tarde.

Y qué decir del repugnante tratamiento, más bien silencio, de la gran mayoría de medios. Silencio por ser la víctima falangista, silencio compartido con todos los estamentos de este putrefacto sistema ya sea en forma de partido político o de cualquier otro tipo de organización o persona con relevancia sobre la opinión pública.

Así, con la la manipulación y el silencio se transforman las sociedades. Pero no todos estamos tan ciegos. Y unos pocos nos enfrentamos a sus mentiras contra todo y contra casi todos como lo hacía Víctor Laínez.

Que Dios te dé su eterno descanso y a nosotros nos niegue el descanso hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte.