Ya sabemos que andan discutiendo en las teles el asunto del 11-M, Es curioso que, casi por primera vez, el Psoe y los otros rojazos se muestren crédulos y respetuosos con la sentecia mientras que el PP, como quien no quiere la cosa, duda aquí y allá y del juez Bermúdez.
Lo que nadie saca, ni sacó en el juicio, es que algún tiempo antes la Guardia Civil atrapó a dos furgonetas, en días distintos, tripuladas por etarras, que subían a Madrid cargadas de explosivos. Desde el Levante. Creo que también pillaron a otra que se dejaba caer desde el norte.
No se habló entonces ni se habla ahora y no faltan tipos enterados que califican de «conspiranoia» cualquier intento de mirar hacia ETA, o descapucharla, por ver si asustan un poco a los timoratos que no creen que el Juicio del 11-M haya esclarecido todo, como la cinta con suras del Corán hallada en furgoneta, cuando esas cintas son de las que usan las madrasas o madrazas para adoctrinar niños, pero que no suelen emplear los mozos talludos con escopeta y turbante.
De lo que se trata es de la costumbre: exculpar cuaquier hazaña sangrienta perpetrada por bandas que se han declarado marxistas leninistas hasta la saciedad.
Posición bien visible hoy, lunes once de marzo, en boca y pelos de la señora Garrote, contertulia en el Gato al Agua. No ha vaciliado en llamar conspiranoicos a los que no comulgaban con Bermúdez, y es notable que los que usan esa compleja palabra suelen pertenecer a corrientes de ideas que levan doscientos o más años conspirando.
En otros lugares la señora Garrote -de gesto duro- hubiera recibido un ídem