Como era de esperar, y ante la expectación despertada, la sede de LA FALANGE (FE) se quedó pequeña, una vez mas, ante la conferencia que pronunció el pasado sábado, el General BLAS PIÑAR GUTIERREZ, con la presencia del Jefe Nacional, camarada Manuel Andrino y de otros miembros de la Junta Nacional.
El camarada Jesús Muñoz, habitual de las tertulias radiofónicas, jefe de prensa del sindicato T.N.S. y que dirigiera el programa de La Gran Esperanza, presentó al general como un hombre íntegro, de honor probado y coherente con su pensamiento, incluso cuando ocupó altos cargos en el escalafón del ejército español. Nunca se calló y nunca le callaron.
Las expectativas se cumplieron y el general repartió “a diestro y siniestro”. Si bien opinó que la experiencia acumulada en las llamadas misiones de paz por el ejército español había sido importante y ayudaba fundamentalmente a fomentar un compañerismo que había desaparecido prácticamente de nuestros cuarteles militares, también recalcó que, salvo la misión en la que participó en Centroamérica, donde había un conflicto latente entre países hermanos, que el ejército español ayudó a resolver, aunque fuera con el mandato de la ONU, tenía bastante claro que nuestra participación en misiones como la de Irak, Afganistan, el Líbano, e incluso Bosnia-Herzegovina, solo habían servido para ser la comparsa de paises con verdaderos intereses en la zona en conflicto como EE.UU, el Reino Unido o Francia, una postura que explicó de forma más detallada en el turno de preguntas, indicando la actitud rastrera y seguidista de nuestros gobiernos, da igual que fueran del pp o del psoe, hacia los países verdaderamente poderosos, que solo se acuerdan de España a la hora de repartir esfuerzos y gastos.
También hizo mención a la postura canalla y cobarde de gran parte de nuestros altos mandos militares que han olvidado cuál es la verdadera razón de ser de nuestras Fuerzas Armadas, y máxime con el problema latente y cada vez mas acuciante del separatismo que nos amenaza ya de forma imparable.
Eso si, dejó claro que sin el respaldo de una parte del pueblo español, como sucedió en el año 1936, el ejército no daría ningún paso al frente. Y está claro, que los distintos gobiernos democráticos, traidores todos ellos, han hecho lo posible por desactivar ese estado de opinión y que les da igual España acabe dividida en 17 naciones distintas, si su puñetera “democracia” así lo decide.
O acabamos con ellos, o acaban con España.