En el último Consejo Nacional de La Falange (FE) celebrado en el mes de Septiembre, los camaradas que participaron en el mismo, decidieron por una amplia mayoría el que no nos presentáramos a las elecciones de este próximo 20 de Diciembre, teniendo en cuenta la posibilidad de que otras organizaciones falangistas sí que lo hicieran (otra vez varias papeletas falangistas, con lo que ello supone) además de otros grupos patriotas, con alguno de los cuales, incluso, hemos compartido cartel electoral dentro de L.E.M o en C.N.

La Falange (FE) ha sabido ser leal y honesta con quienes han recorrido en algún momento el mismo camino, desoyendo en algunos casos lo que parecía más «razonable» y que no era otra cosa que intentar conseguir una única candidatura falangista, lo que en estos momentos no parece ser viable, a pesar de los intentos que se han hecho, y seguramente se seguirán haciendo, por una y otra parte.

No hemos tenido complejo alguno es estar, hombro con hombro con quienes, no siendo falangistas, han demostrado compromiso y lealtad con una serie de ideas fuerza que compartimos.

Seguramente en ese proceso hemos perdido parte de nuestra independencia (lógicamente) y de nuestra soberanía a la hora de tomar ciertas decisiones, pero hemos sabido estar a la altura de las circunstancias teniendo en cuenta que lo primero no, lo primerísimo, es plantar cara a este puñetero sistema liberalcapitalista y su puñetera partitocracia, que tanto daño y ruina está trayendo a los millones de españoles que malviven en este solar en el que han convertido España.

Hemos entendido que en estos momentos, nuestro esfuerzo y dedicación deben ir encaminados al crecimiento y a la implicación social de nuestros afiliados y militantes, que nadie dude sabrán dar la respuesta adecuada al enorme reto que se nos plantea con el separatismo criminal que amenaza la sagrada Unidad Nacional y la corrupción generalizada instalada desde la aprobación la Constitución del año 1978.

Una Constitución que en ningún caso aspiramos a reformar y si a derogar y guardar en el baúl de los recuerdos, como una mala pesadilla que nos ha acompañado durante estos últimos treinta y tantos años.

Nuestro agradecimiento a los camaradas que han recogido cientos de firmas para avalar una hipotética candidatura y que nos han demostrado que es bastante mas fácil de conseguir de lo que pudiera parecer. Unas firmas que nadie nos ha pedido a pesar de estar en disposición de darlas, aún sabiendo que nuestra decisión ya estaba tomada.

Ahora que cada uno actúe en consecuencia.