El desafío separatista sigue su camino, y a pesar de que las terminales mediáticas de los partidos llamados «constitucionalistas» intentan restarle importancia, el órdago lanzado de cara a las presumibles elecciones del 27 de septiembre en Cataluña, se presentan como un SI o SI por la ruptura de la unidad nacional, a través de esa «lista única» donde figuran, desde el primero hasta el último, los traidores a España que algún día deberán pagar semejante actitud, al menos, con la cárcel.

La actitud cobarde y ramplona del PP, que ha pasado a ser un partido residual en Cataluña, es la de lanzar «amenazas veladas» a través del «periodismo amigo» sobre la presumible salida de Europa de una Cataluña independiente o la de suspender la Autonomía aplicando uno de los innumerables e inútiles artículo de la Constitución de 1978, que es la que, precisamente, ha propiciado, permitido y alentado esta situación de caos en que han convertido a España, con los llamados Estatutos de Autonomía.

Esperemos que a ese fiscal politizado hasta el extremo, y que ocupa la plaza en Cataluña contra el odio y la violencia, se le ocurra llamar e interrogar a Mariano Rajoy como hizo la semana pasada con nuestro Jefe Nacional, camarada Manuel Andrino, por la defensa radical e inequívoca que de la sagrada unidad de España lleva haciendo desde hace muchos años.

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