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El pasado domingo 8 de Febrero el Sindicato Español Universitario celebró el anual acto de homenaje a Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, primer caído del SEU.
La restauración
A lo largo de la semana, varios militantes del SEU restauraron la tumba donde descansa el camarada Matías, combatiendo el frío y la lluvia, para limpiar los desperfectos que ocasionan los temporales, y el paso del tiempo.
La mención del 7 de Febrero
El sábado 7 de Febrero, comenzaba una mmanifestación de la España en Marcha en la calle Juan Álvarez de Mendizábal número 70, donde fue abatido a tiros Matías Montero. Aprovechamos la ocasión para mostrar respeto por nuestro mejor patrimonio, que son los caídos, y el Jefe Nacional del SEU leyó unas breves palabras en su memoria, que reproducimos a continuación:
Camaradas, nos reunimos hoy aquí, el lugar donde Matías Montero fue asesinado, para comenzar una manifestación por la Justicia Social. ¿Quién era Matías?, ¿qué es eso de la justicia social para nosotros?, y, ¿qué tiene que ver su vida con ella?.
Matías Montero, era un joven estudiante de medicina de vida prometedora. Alegre y carismático, con tan sólo 20 años era uno de los más conocidos seuistas de Madrid, quizá por su ejemplo constante de militancia donde se requiriese: vendiendo el periódico FE, en manifestaciones, o hasta en el asalto a la facultad de San Carlos. Su vida de militante se regía por las tres consignas de nuestro juramento: obediencia y alegría, ímpetu y paciencia, gallardía y silencio. Y fue su muerte, como luego dijera José Antonio, una muerte de silencio. Pues, sabiendo que estaba amenazado de muerte, no dudó en salir a la calle, hasta que un día los disparos del odio lo abatieron cobardemente por la espalda. No habló, se limitó a actuar. Y supo cubrir su vida y su muerte, con el soberbio epitafio de su silencio.
Y recordando este ejemplar militante, comenzamos esta marcha por la Justicia Social, contra la corrupción, y contra la casta política, porque para nosotros, las más urgentes precariedades del pueblo español son el hambre, el paro, los desahucios, la falta de oportunidades, y todo aquello que merma la unidad de nuestro pueblo. No dudamos en señalar un único culpable: el capitalismo, agrario, financiero, e industrial, el delirio de dividir a la sociedad en dos clases: la de los propietarios, que perpetúan enormes fortunas sin despeinarse un pelo, y la de los trabajadores, a los que se les sustrae el beneficio de lo que ellos mismos han producido. Y nosotros creemos sin duda que no es el capital el que crea trabajo, sino el trabajo el que crea capital, y la revolución es para nosotros un trabajo de importancia capital.
¡Y bien! ¿Qué tiene que ver Matías con esta otra realidad? Pues, en primer lugar, que el también sufrió en sus carnes el capitalismo, y, en segundo lugar, que la lucha del Sindicato Español Universitario, del que formaba parte, es la lucha diaria por una universidad pública, gratuita, y de calidad. Muy distinta de la actual, que con las medidas neoliberales del PP, el plan 3+2, la retirada de becas, y la subida de tasas, está intentado convertir, un derecho en un lujo.
Pero aprendemos de las lecciones de historia. El derecho a huelga se consiguió haciendo la huelga sin miedo a la represión, y el derecho a expresarse se consiguió expresando todo sin temer las consecuencias. Pues bien, que cuenten con nosotros, que ya sabemos que el movimiento se demuestra andando, y por ello, hoy, la España en Marcha, vuelve a marchar en la capital a demostrar que seguimos firmes, tensos, y preparados para la revolución.
Camaradas, gritad conmigo ¡Matías Montero!
¡Arriba España!
Acto de homenaje
A las 12.30 de la mañana comenzaba el acto de homenaje con la presentación del mismo por parte del Jefe Nacional del SEU, agradeciendo la asistencia a os seuistas, militantes de Juventudes Falangistas, y la Junta Nacional de la Falange.
A continuación la camarada del SEU María Landaluce leyó la oración de los caídos de la Falange.
Y la camarada del SEU S. M., depositó las cinco rosas rojas a los caídos de la Falange acto seguido.
Depués, el camarada Pablo Reinoso, portavoz de Juventudes de la Falange, pronunció un discurso sobre la actualidad de la figura de Matías Montero, que reproducimos a continuación:
Buenos días, camaradas. Nos reunimos en esta gélida mañana para recordar la figura de Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, en este cerrado acto de hermandad, como un desafío del honor al olvido, de la revolución pendiente al paso de los tiempos, que no hemos escogido vivir pero en los que hemos decidido luchar.
Y, probablemente, sea eso lo que más en común tengamos con él, que prefirió pelear en la Universidad, las calles, y los estudios, a resignarse en la vida fácil de los sillones, los bares y las iglesias. Y vaya si peleó, encabezando acciones como las del SEU en Medicina, donde fue fijado por sus enemigos, como el asalto a la Facultad de San Carlos, donde consiguió ser amenazado, y como vendiendo el periódico FE en la calle, donde halló la muerte que nunca temió ni rehuyó.
La figura de Matías es de un joven ejemplar, alegre, carismático, buen estudiante, y fiel revolucionario, que antes de unirse a nuestras filas era militante con los socialistas de Federación Universitaria Escolar, y al poco tiempo de salir a la luz la revista “La Conquista del Estado”, embrión doctrinal de las JONS, un 9 de Febrero, con sólo 17 años, Matías escribió una carta de adhesión, para, casualmente, encontrar la muerte 3 años después, otro 9 de Febrero, mientras vendía el periódico FE.
¿Qué ponía en esas páginas para que le costasen la vida? El semanario FE, escrito por nuestros militantes, era un órgano de difusión, protesta y propuesta, en todos los frentes de la vida española de los años 30, en las que se podía leer cosas tales como una revolución que habría de ser tanto social como nacional, donde se hablaba de justicia con el hambre y el paro que escarmentaban a los obreros españoles de los 30, donde se proponía un modelo de Estado justo y equitativo, pero con los valores humanos que nos distinguían tanto de marxistas como de capitalistas.
Y, con esas ideas en la mano, fue cuando le abatieron a tiros en la calle. Porque él creía que merecía la pena morir por ellas, y sus enemigos creían que también podían ellas morir con él. Sin embargo, la vida de cada uno de los falangistas es semilla, y creyeron que enterrándola acabarían con ella.
Nuestra presencia, hoy aquí, es ejemplo del florecer de su vida, pues, cuantos más años pasen y más se le siga recordando, más maduro es el ejemplo de su muerte. El 9 de Febrero de 1934 murió el hombre, pero nació el mito, un mito que se perpetuaría muchos años después de la muerte de los asesinos. Entre las ropas del cadáver de Matías, se escondía un artículo titulado “Las flechas de Isabel y Fernando”, que había escrito para la revista “FE”. En él trazaba las líneas para conseguir, en sus mismas palabras, “una universidad limpia de pasiones, bloque compacto de profesores y estudiantes, que marche entusiasta en pos de la cultura al servicio de la Patria”.
A los pocos minutos de haber huido, los asesinos fueron apresados, y llevados a juicio por la familia de Matías, con José Antonio como abogado, que consiguió la condena de los pistoleros. Condena que nunca se llegó a aplicar.
Pero vosotros sabéis, camaradas, que aún se puede hacer justicia, y que aún podemos vengar su sacrificio. Y no de otra forma que terminando la lucha que él empezó y que ellos quisieron cortar. Porque la Universidad hoy, más que ayer, reclama un puesto preeminente del SEU.
Por un lado, desde arriba y la derecha, tenemos las medidas neoliberales del Partido Popular y demás gobiernos de éste régimen, medidas como el 3+2, que triplica en precio los estudios de hace unos años, impidiendo que muchos estudiantes se los puedan permitir, y que quiebra los planes de estudio en aras de esa “flexibilidad” capitalista que significa ni más ni menos que comer hoy sin saber si se tendrá pan mañana. Muchos de vosotros lo sufrís en vuestras carnes.
También está la subida de tasas, que se han duplicado en cuestión de unos cursos, y ha hecho que 45000 estudiantes menos accedan a la universidad este año, y, en esta línea, los recortes en becas, impidiendo que los estudiantes sin capacidad económica pero con buenos resultados ocupen pupitres en la universidad.
Ante ésta situación que se presenta desde la directiva, el SEU ha tomado medidas y propuestas, formando a nuestros jóvenes a través de nuestra revista de propaganda, tomando parte en campañas con resultados en prensa, y ofreciendo una alternativa educativa tan actual como necesaria.
Por otro lado, abajo y a la izquierda, encontramos entre el estudiantado que el movimiento estudiantil está liderado por una extrema izquierda más ocupada en pelear fantasmas del pasado que en derribar este sistema que en teoría les oprime pero luego les financia. Esa misma extrema izquierda que segó la vida de nuestro camarada.
Frente a la antipatía de unos y al odio de otros, los jóvenes seuistas decimos ¡basta ya! Pedimos y queremos la aplicación de las penas más duras a aquellos que especulen con la miseria del pueblo, y exigimos la creación de un movimiento estudiantil nacional, disciplinado y encauzado a la conquista del Estado, siendo los estudiantes y trabajadores la vanguardia juvenil que culmine la revolución pendiente.
Ayer mismo las Juventudes de la Falange desfilamos por las calles de Madrid en protesta contra este sistema y por la creación de un sistema social justo, que no puede ser otro que el sindicalista. No necesitamos decir que somos revolución, porque las cosas se dicen solas cuando se hacen. Y ayer quedó dicho alto y claro. Enhorabuena, camaradas.
Del mismo modo Matías encontró su muerte. Como dijo José Antonio en su entierro, “aquí tenemos, ya en tierra, a uno de nuestros mejores camaradas. Nos da la lección magnífica de su silencio. Otros, cómodamente, nos aconsejarían desde sus casas ser más animosos, más combativos, más duros en las represalias. Es muy fácil aconsejar. Pero Matías Montero no aconsejó ni habló: se limitó a salir a la calle a cumplir con su deber, aun sabiendo que probablemente en la calle le aguardaba la muerte. Lo sabía porque se lo tenían anunciado.
Poco antes de morir dijo: “Sé que estoy amenazado de muerte, pero no me importa si es para bien de España y de su causa”. No pasó mucho tiempo sin que una bala le diera cabalmente en el corazón, donde se acrisolaba su amor a España y su amor a la Falange”.
“¡Hermano y camarada Matías Montero y Rodríguez de Trujillo! Gracias por tu ejemplo”.
“Que Dios te dé su eterno descanso y a nosotros nos niegue el descanso hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte”
Hoy, nuestras canciones son los gritos de los muertos, y su fúnebre silencio una consigna clara: ¡adelante, jóvenes falanges! ¡Por la Revolución Nacional Sindicalista!
Camaradas, gritad conmigo: ¡Matías Montero!
Por último, Manuel Andrino, Jefe Nacional de la Falange, entonó el Cara al Sol.
Cuando dudemos, cuando desfallezcamos, cuando nos acometa el terror de si andaremos persiguiendo fantasmas, digamos: ¡No!; esto es grande, esto es verdadero, esto es fecundo; si no, no le hubiera ofrendado la vida -que él, como español, estimaba en su tremendo valor de eternidad- Matías Montero». José Antonio Primo de Rivera