Como es sabido, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Gure Esku, organización proetarra vasca, organizaron para el sábado día 2 de julio una ascensión a más de 200 picos pirenaicos para utilizarlo como altavoz de sus anhelos separatistas y radicales.
Como no podía ser de otro modo, militantes de La Falange de Aragón junto a otros camaradas y patriotas valientes e incombustibles, organizaron una acción en uno de los picos más significativos del Pirineo Aragonés con el objeto de evitar a toda costa que estos canallas consiguieran, al menos en una cumbre, su objetivo.
El ascenso elegido fue la emblemática cima de Astún, en el valle del Aragón, y desde las primeras horas de la mañana, militantes y camaradas de Zaragoza, de Huesca y provincia, y alguno de Madrid, siguiendo las consignas establecidas se concentraron en el acceso al camino de ascenso al pico, exhibiendo desde el primer momento nuestras banderas al viento y lanzando a la majestuosidad de la Montaña nuestros cánticos sagrados.
La espera se hizo larga y, avanzada la hora anunciada por las ratas separatistas, ninguno de ellos asomó a este enclave, y ello a pesar de constar en sus informaciones de organización que esta cumbre estaba “cubierta” por 50 de sus voluntarios.
Decepcionados por no ver atendidas nuestras esperanzas de “saludar” a los visitantes, parte de la escuadra permaneció en al acceso de retén, y parte ascendió hasta la cima buscando algún rastro de inmundicia, alguna bandera maldita, algún síntoma de su presencia, en previsión de que hubieran podido burlar la vigilancia y subir por otra vía.
Nada de ello hallaron los camaradas que, ya cerca del cielo, bajo el aire puro de la Patria, izaron la enseña rojigualda y las flechas yugadas en homenaje a todos los patriotas que dieron su vida por España y por su Revolución Nacionalsindicalista, entonando un fervoroso Cara al Sol.
Ya en el descenso, con sorpresa y agrado por nuestra parte, hubimos de responder a algún ARRIBA ESPAÑA espontáneo de montañeros y senderistas que se cruzaban con tan colorida estampa, habiéndose de hacer incluso alguna foto con aragoneses que, emocionados por nuestra presencia, nos agradecieron que al menos quedasen españoles que plantasen cara al odio separatista.
En definitiva, pese a ser la de Astún una de las cimas señaladas por los terroristas para cometer su fechoría, lo cierto es que NO lograron su objetivo. Tal vez conocían de nuestra intención y desistieron, tal vez nos vieron al llegar y dieron la vuelta o, con todo toda seguridad, como ratas cobardes que son, huyeron a otros lugares en la certeza de que quien portaba la enseña nacional, el yugo y las flechas, y otras banderas sagradas estaban dispuestos a lo que fuera necesario para impedir que estos cerdos no pisaran las cumbres de la Tierra de Dragones: ¡ARRIBA ESPAÑA!