Un año más, la juventud universitaria falangista acudió al Cementerio de Mártires de Paracuellos del Jarama a rendir homenaje al que fue el II Jefe Nacional del Sindicato Español Universitario, Alejandro Salazar, y a todos los que allí asesinó el odio marxista. El clima respetó nuestras camisas azules y el acto se desarrolló bajo una tenue luz solar.
Intervino en primer lugar la camarada Begoña, realizando la lectura de la oración a los Caídos. En todos nuestros homenajes se pronuncian estas frases con tantísima carga emocional y espiritual que escribiera el camarada Rafael Sánchez Mazas. Mas al ser pronunciadas en ese lugar tan especial, se encogieron los corazones de los presentes, que las escucharon con la solemnidad que caracteriza a todo falangista.
Acto seguido, una camarada del SEU procedió a depositar las cinco rosas rojas en la cruz del cementerio que lleva el nombre de Alejandro Salazar, para dejar constancia de nuestro homenaje y recuerdo.
A continuación, nuestro Jefe Nacional, camarada Manuel Andrino, dirigió unas breves palabras a los asistentes explicando diversas cuestiones referentes al acto religioso que precedía al homenaje y cargando duramente contra los mandatarios que intentan borrar de la historia los crímenes cometidos en Paracuellos y en otros muchos lugares del territorio nacional por parte de ese bando que formaban socialistas, comunistas, separatistas y anarquistas. La Falange siempre estará presente para recordarlos pese a quien pese.
En último lugar, intervino en nombre del SEU el joven camarada universitario Alejandro Mille. En un discurso cargado de sentimiento y orgullo denunció las masacres cometidas en las matanzas de Paracuellos, poniendo de relieve el asesinato de menores a manos de los comunistas. También cargó contra el gobierno del “Nuevo Frente Popular” y llamó a los jóvenes universitarios a continuar la gloriosa lucha de Alejandro Salazar y de todos los miembros del SEU de la época.
El acto finalizó con los acordes de “La Muerte no es el Final” y del Himno Nacional, entonados con corneta y con las estrofas de nuestro himno, el “Cara al Sol”, entonados con las gargantas de los allí presentes.
