Eramos unos “locos, alarmistas conspiradores” cuando decíamos que estaba pasando lo que otros decían que no podía pasar nunca. En un momento esplendido un puñado de sencillos pero bravos españoles entró en una librería al grito de«NO NOS ENGAÑAN CATALUÑA ES ESPAÑA”. Toda la peste democrática se les echó encima. “Tengo las grabaciones, las pongo a disposición de policías y jueces para que los detengan y los metan en la cárcel” «¡Qué los echen de España!» gritaba un pijo liberal apellidado Merlos en una cadena de televisión. Los gobiernos centrales democráticos, padres de los gobiernos separatistas, panfleteaban las iras contra los Patriotas. Resultado: detención, condena, revisión de sentencia y más condena. “NO NOS ENGAÑAN CATALUÑA ES ESPAÑA”gritaron los valientes; hoy día lo repite toda España ¿Qué tiene Vd. que decir Sr. Merlos? y sus vicetiples democráticos ¿qué cacarearán ahora?
Cuando España ha respondido como España, con banderas españolas porque quiere ser ESPAÑA, los autores integrales del crimen nos vienen con la milonga de que la gente se ha manifestado por la democracia, la constitución y la libertad. Miren ustedes, golfos del sistema golfo ¿Cómo, si una constitución bendice al separatismo, se va a emplear contra ese separatismo? Y la democracia y la libertad, que son los mismos argumentos que usan los separatistas también son esgrimidos por la piara constitucionalista como remedio contra el separatismo.
Llevamos mucho tiempo pidiendo que nos expliquen qué es la democracia y nadie nos ha sacado de nuestras creencias. La democracia es la voluntad de los tontos que eligen a los que les maltratan, es decir, elegimos nuestro propio tirano. Y la libertad, señores cursis del sistema, es como el silencio, que cuando se habla de ella se la niega, por eso ustedes lo repiten continuamente, porque nos la han robado desde que recibieron su primer supositorio masónico. Les recuerdo, estúpidos adinerados, que a lo largo de la historia nadie ha luchado jamás por la libertad, siempre se ha luchado contra los malos gobernantes y se ha seguido a los grandes jefes y caudillos; lo demás son inventos del muy sionista Hollywood.
Pocos se han tomado en serio los propósitos del Club Bilderberg y la Trilateral encabezados por el diabólico Soros y sus potentes medios difamatorios de difusión. En 1973 la trilateral sale a la luz con el fin de acabar con las naciones-estado de estilo europeo. El motivo es más que sencillo, una Nación es una sociedad de la misma etnia, cultura y espiritualidad, con un pasado común y con los mismos objetivos de futuro, que habitan en un mismo territorio. Cuando un pueblo fiel a su historia crea un Estado, la Nación se hace fuerte porque el Estado es una entidad política que ordena esa Nación mediante la justicia, protege a las personas de forma individual (seguros sociales), en conjunto (sociedad con igualdad de oportunidades) y al territorio de forma militar. Todos estos componentes hacen posible el ejercicio de la soberanía Nacional como momento presente de una Unidad de Destino en lo Universal.
Unidad territorial de sus regiones y comarcas, Unidad social de sus clases y Unidad espiritual de sus gentes, en definitiva, una defensa permanente de los bienes individuales, colectivos y nacionales ante los agresores internos y externos.
Todas estas virtudes estorban a los intereses transnacionales financieros e industriales que tienen la pretensión de transferir los poderes nacionales a organizaciones oscuras y sin espiritualidad: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Central Europea, ONU, UNESCO, etc…en un proceso llamado globalización, dejando a los estúpidos demócratas la posibilidad de elegir entre demo-liberalismo y social-democracia, que es tanto como decir que nos obligan a comer un único menú y nos permiten un salero y un bote de pimienta para aderezar el plato, pero el menú es único y obligatorio y se llama….esclavitud.
La precarización del trabajo y el desempleo son auténticas presiones contra las economías nacionales, familiares e individuales con el fin de que haya buena disposición para aceptar cualquier decisión, cualquier trabajo y condición, por miserable que sea. Ya tenemos el plato único, ya podemos elegir democrática y libremente entre la sal y la pimienta. En las urnas, pero el menú te lo y tragas, que para eso te han permitido elegir el sabor.
Ya nadie se acuerda de cuando se cacareaba que la inmigración venía para pagarnos las pensiones, sin pararse a pensar que las cotizaciones son obligatorias e individuales para asegurarnos la cobertura social en cualquier contingencia. Si otros nos pagan nuestros seguros es tanto como decir que trabajan para nosotros y eso es esclavitud. Resultado: hoy tenemos españoles y extranjeros explotados o en paro y además, crisis en el sistema Nacional de pensiones.
Ya nadie se acuerda de cuando decían que abaratando el despido aumentaría el empleo, o sea, que el despido barato aumenta el número de trabajadores. Que se sepa despedir es negar el derecho al trabajo de las personas y aumenta el número de parados. Dentro de poco nos dirán que para sanar a un alcohólico lo mejor es darle gratis y en abundancia bebidas alcohólicas y lo creeremos, que para eso hemos podido elegir entre sal y pimienta.
Mentiras y muchas mentiras, en democracia es todo mentira.
Para colmo de la mentira “salpimentada” nos dicen que contra el separatismo lo mejor es la democracia, la constitución y la libertad, ¡toma castañas!, precisamente por lo citado tenemos separatismo, esclavitud y mentiras.
Precisamente democracia y libertad son los pertrechos empleados por el separatismo, consagrado por la constitución.
Dicen “vuelva la legalidad constitucional y en ese marco será posible cualquier diálogo” ¿para eso se ha echado España a la calle? ¿para que hablen los dueños de la sal y la pimienta?. Y nos preparáis otro menú, La traición.
El único diálogo posible en una Nación digna y en un Estado eficaz sería:
· Te sientes ladrón y puedes seguir sintiéndolo pero si robas te meto en la cárcel.
· Te sientes narcotraficante pero como trafiques te meto en la cárcel.
· Te sientes violador pero como violes te meto en la cárcel.
· Te sientes esclavista pero como esclavices te meto en la cárcel.
· Te sientes separatista y no te sientes español, pues sigue sintiéndolo, pero como intentes separar te meto en la cárcel, y si hay derramamiento de sangre por tus crímenes y causas muertos, vas al patíbulo.
Eso sí, respeto al máximo tus derechos “a sentirte” pero te impongo la obligación “de comportarte” como español decente.
Carlos Rodríguez
Jefe Nacional de Trabajadores Nacional Sindicalistas