Parece que se cumplen nuestros pronósticos respecto a la unión de las fuerzas derechistas, y el «partido verde» ha tardado poco en demostrar que son hijos «díscolos» de la derecha cobarde, corrupta y antisocial del PP, que pretende sustituir la corrupción generalizada del socialismo andaluz, por la no menos generalizada de los Rodrigo Rato, Bárcenas o Cifuentes de turno.
De las tropecientas propuestas que parecían inasumibles para conformar el nuevo gobierno andaluz, los de Abascal han decidido dejar de lado el «postureo» de los últimos días, y situarse al lado de Casado y sus muchachos de la calle Génova de Madrid. Esa es la «pequeña» diferencia entre estos muchachotes que se sienten ofendidos por no haber sido recibidos a tiempo por el Rajoy o el Aznar de turno, y los que pretendemos acabar con este sistema y sus puñeteras componendas y nos da igual que las urnas estén llenas o vacías de votos que no tienen fidelidad alguna a España y a su historia.
Algunos sólo buscan su hueco en esta apestosa jauría de traidores y de corruptos.
