“La Ley de “Memoria histórica” 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura…”, o lo que es lo mismo, una ley revanchista, llena de odio y sectarismo que busca la manipulación de la verdadera historia, pero sobre todo, venganza, de unos sobre otros.
De atentado contra la libertad, contra la verdad y la historia debe ser tratada dicha infamia, cuyo camino final es la ejecución de una “comisión de la verdad” que pretende imponer el PSOE junto a los partidos separatistas, con el beneplácito de Ciudadanos y el orgullo, como dijo en su día el ex ministro Catalá, y consentimiento del PP.
Una infamia para esconder de forma descarada y vergonzosa, los crímenes de los antepasados de quienes formularon, aprobaron y defienden en la actualidad dicha ley.
Pretenden borrar la historia de forma muy “democrática”, destruyendo monumentos o eliminando calles… puro comportamiento “talibán”. Hacen de la venganza su sentido político, pretendiendo esconder que los socialistas, por ejemplo, fueron los primeros en esgrimir las pistolas por las calles de España en aquella nefasta II República, dónde la ausencia de libertad era el día a día, donde se cerraban periódicos, publicaciones, se quemaban iglesias, te mataban por pensar diferente, por vender prensa en la calle te asesinaban… Olvidan que su líder, el miserable Largo Caballero, buscaba convertir a España en un satélite de la Rusia de Stálin, e imponerlo por la fuerza, costara lo que costara. Ya lo decía: “La democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”. Sólo querían implantar su democracia, la «dictadura del proletariado».
La II República fue un instrumento para el PSOE, un conducto para su verdadero fin, la “dictadura del proletariado” supervisado por el genocida de Stalin, ya que tenía sus sangrientos ojos fijados en España. Los socialistas convirtieron a la II República en un estado de terror, falto de toda libertad. Fueron ellos quienes provocaron la guerra civil, y ahí está la historia para demostrarlo, los hechos hablan por si solos. Verdaderamente, el conflicto civil comienza en 1934, cuando el PSOE, junto a los separatistas catalanes de ERC intentaron reventar la misma falsa república que decían y dicen defender.
Olvidan el terror que implantaron en España, ya desde la II República, y después en la guerra civil, olvidan las terribles «chekas», cárceles controladas por ellos, por el PSOE y por todo el «frente popular» en las que miles de españoles fueron torturados y asesinados sin ningún tipo de garantías. En Madrid, Valencia, Barcelona, en tantas y tantas provincias españolas, además de soportar ataques aéreos indiscriminados… sin olvidar el verdadero holocausto que se cometió contra los católicos, donde miles de religiosos fueron asesinados sin piedad.
Vivimos en un Sistema que permite que parte de su Historia sea eliminada sin vergüenza alguna por burdos intereses políticos, intereses que solo buscan destruir la reconciliación que ya existía entre los españoles, no conseguida en la nefasta transición, sino en el régimen anterior.
Una ley que busca de nuevo el enfrentamiento. Lo que no saben es que la verdad siempre vence a la mentira. La Historia no se puede borrar, no pueden esconder lo que verdaderamente ocurrió. Una ley que debe ser derogada de inmediato, que está sirviendo para que muchos se llenen los bolsillos a costa de subvenciones.
Una ley que censura a medios de comunicación, que censura las opiniones diferentes, una ley que con su “comisión de la verdad” elaborará la «Historia» según ellos, donde la tergiversación y la manipulación irán por delante, una ley que pretende sancionar sin juicio. En conclusión, una ley al más puro estilo del PSOE.
La última infamia de la misma es la pretensión de profanar tumbas en el Valle de los Caídos. A los que ya descansan en Paz se les respeta. Algún día aprenderán el significado de esa palabra.
A los falangistas nos tendrán enfrente. Somos La Falange y estamos orgullosos de nuestra historia.
Nadie borrará lo que verdaderamente ocurrió. No es «memoria histórica», es simple venganza y revanchismo.