Once años después de los atentados a los trenes en Madrid, seguimos sin saber a ciencia cierta quién los cometió, quien los preparó y sobre todo, quien o quienes fueron las cabezas pensantes que diseñaron el atentado más grave sufrido en territorio europeo.

Lo que sí sabemos, es que las cloacas del estado, ahora como entonces, siguen funcionando a todo ritmo, y sabemos que son capaces de aquello y de mucho más.

Igual que hicieron desaparecer los trenes, los explosivos, y físicamente a quienes les molestaban, hicieron aparecer mochilas, teléfonos y cartas donde les interesó.

Y el ejemplo mas claro y evidente lo tenemos en la utilización que de dichas cloacas ha hecho el PP, a través de su «brazo armado», el diario El Mundo, para quitarse de encima al Presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, manejando la información facilitada por el comisario Villarejo, cuya actividad «paralela» al frente de ciertos «servicios» parece haber sorprendido a muchos «demócratas» que parecen haber olvidado quien montó, financió y ocultó el GAL, y que no fué otro que el PSOE.

El mismo PSOE que hace bien poco utilizó a su vez al diario El País, como «brazo armado» contra Tomás Gómez, con el mismo objetivo, o sea, quitarselo de enmedio, utilizando también las informaciones «filtradas» por los servicios paralelos del estado.

Menos mal que la culpa de todo la tiene la Brigada Político Social del Régimen anterior, desaparecida hace casi cuarenta años. Qué sinvergüenzas estos demócratas.

11m2014

Cartel de la campaña realizada por las Juventudes de La Falange