La Falange quiere rendir homenaje en el aniversario de su muerte al camarada Onésimo Redondo uno de nuestros fundadores, junto con Ramiro Ledesma y José Antonio Primo de Rivera. No pretendemos aquí, hacer una biografía de este camarada, sino hacerle justicia explicando su enorme grandeza como revolucionario y luchador por la Justicia Social y el Estado Nacionalsindicalista.

Onésimo Redondo Ortega, nació en la Provincia de Valladolid, el 16 de febrero de 1905, una vez acabados sus estudios de Derecho en Salamanca retorna a Valladolid. Es en octubre de 1928 cuando inicia su carrera política como líder del Sindicato de Cultivadores de Remolacha de Castilla la Vieja. En estas fechas estuvo conectado con el movimiento Acción Católica que fue abandonando por considerarlo ideológicamente próximo al liberalismo burgués.

En agosto de 1931 funda las Juntas Castellanas de Acción Hispánica.En noviembre de 1931 su organización se fusiona con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista lideradas por Ramiro Ledesma Ramos, posteriormente en marzo de 1934, las JONS, se unen con la Falange Española. El nuevo partido pasó a denominarse Falange Española de las JONS.

La muerte de nuestro camarada Onésimo es por todos sabida, transcribimos aquí la crónica de los hechos, su muerte fue fruto de una desgraciada confusión mortal: «Onésimo se dirigía hacia el frente del Alto del León, posición conocida posteriormente como «Alto de los Leones de Castilla» por la bravura con que los falangistas la tomaron al asalto. Hacia allí se dirigía Onésimo Redondo en automóvil la mañana del 24 de julio procedente de Valladolid. Junto a sus acompañantes tomó la carretera de Labajos. A la entrada del pueblo se toparon con un camión que transportaba un buen número de soldados entre los que predominaba la vestimenta de color azul y los banderines y pañuelos rojos y negros. Tomándolos por correligionarios de Falange, no pusieron mayor empeño en evitar, como es natural, ponerse a su alcance. Pero al llegar a su altura, uno de aquellos milicianos –en realidad el vehículo pertenecía a la columna del coronel Mangada, de ahí los colores anarquistas y el añil del mono proletario- saltó del camión y los encañonó, al tiempo que el coche detenía el motor.

Cuando se dieron cuenta de lo que sucedía, en completa inferioridad numérica y tomados por sorpresa, los ocupantes del automóvil trataron de rendirse. Pronto quedó claro, sin embargo, que los milicianos rojos no les iban a respetar la vida de ninguna forma. Completamente inermes, uno de los falangistas resultó alcanzado por la nutrida descarga procedente del camión, desplomándose al instante, mortalmente herido. Otros tres apenas pudieron escapar ilesos del fuego graneado que caía a su alrededor, mientras ponían tierra de por medio.

Sólo Onésimo quedó donde estaba. Pero aquel gesto no le valió de nada. De inmediato le hirieron -quizá sadismo, quizá simple incompetencia- en una rodilla. Inmovilizado de este modo, y una vez en el suelo, le remataron a placer» -fuente: elmunicipio.es-.

La aportación de Onésimo al Nacionalsindicalismo se fundamentó en cuatro pilares doctrinales:
1- Una concepción católica de la vida y de la esencia política de la futura estructuración de la sociedad y el Estado.
2- La reivindicación y defensa de España desde la tradición (Castilla) como germen de la moderna Nación española.
3- La exaltación de los valores hispánicos (Hispanidad) como concepto espiritual y geográfico de la sagrada unidad de España y sus territorios incluidos los de ultramar.
4- El riguroso análisis de la estructura de la economía agraria y rural, así como la defensa del campesinado.

Esta importantísima base teórica y doctrinal estaba revestida intelectualmente por la obra de Marcelino Menéndez Pelayo, Jaime Balmes, Juan Donoso Cortés o José Ortega y Gasset – entre otros.

En el entierro, el cuerpo del joven Onésimo fue acompañado por una multitud hasta el cementerio provincial de Valladolid y constituyó una impresionante manifestación de duelo.

Descanse en paz nuestro camarada Onésimo Redondo. ¡¡¡ PRESENTE!!!