Como cabía esperar, las políticas de protección de fronteras y defensa de la familia tradicional cristiana del primer ministro húngaro Viktor Orban, no han pasado inadvertidas para los demócratas de la Unión Europea, que no pueden tolerar que un país ejerza su derecho de soberanía nacional y decida por sí mismo cómo regirse.

Es por eso que, este mismo miércoles, la Eurocámara ha aprobado un informe en el que se solicita que se le retire a Hungría el derecho de voto en la Unión Europea, activando el artículo 7 del Tratado.

¿El crimen cometido? Estar dispuesto a defender su Patria de las zarpas del mundialismo y cumplir con lo prometido a sus votantes en su programa electoral. Al parecer, esto implica que el estado miembro no respeta las normas de la comunidad.

Normas que, como venimos avisando desde La Falange, no hacen sino ir en contra del bienestar, la supervivencia y la Ley Natural de las naciones, a la vez que otorgan mayor control a aquellos que se han empoderado a base de buscar nuestra destrucción.

32 años han pasado ya desde la entrada de España en la Unión Europea; 32 años en los que hemos visto perder la soberanía de nuestras fuerzas armadas por el ingreso en la OTAN, el legítimo control de nuestras fronteras, la pérdida de la soberanía económica en perjuicio de nuestra nación y, por supuesto, hemos sido testigos del azote de la mayor crisis económica y el consecuente aumento del paro y precariedad laboral, que no han dejado de empeorar. Por no hablar del desarme moral impuesto a través de las distintas leyes de género y sexualidad, que atentan contra los principios más básicos de la biología y la ética.

Cada vez son más los españoles que se quitan la venda de los ojos y se atreven a reconocer los problemas que nos suponen que un organismo alógeno a nuestra Patria y nuestro modo de ser tome las decisiones por nosotros. Mientras los partidos políticos siguen haciendo caso omiso y desoyen la inquietud y el malestar del Pueblo, desde La Falange no tenemos ningún reparo en reafirmar una y otra vez nuestra absoluta oposición al actual modelo de la Unión Europea. Es el destino de España el que está en juego y La Falange, haciendo honor a su historia, estará en primera línea para su defensa.