Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, Europa se encontraba devastada y EEUU se encargó en buena parte de coordinar su reconstrucción. Son ampliamente conocidas las bondades económicas del Plan Marshall (aunque España quedó al margen), pero no son tan conocidas las contrapartidas políticas de dicho plan.

EEUU se encontraba ante el dilema político de dar cabida a reeditar las democracias liberales que habían permitido obtener el poder político a partidos de corte totalitario, y por otra parte, se encontraba ante la situación de detentar el papel de hegemón, por lo que había de proteger y salvaguardar su preponderancia. He aquí que optaron por instaurar en Europa occidental lo que Gerhard Leibholz, magistrado del Tribunal Constitucional de la República Federal alemana entre 1951 y 1971, define como estado de partidos (“parteienstaat”), identificando a los partidos políticos como órganos del estado. De esta manera, los jefes de los partidos políticos responsables del gobierno detentan la soberanía nacional. En resumen, para EEUU ha sido y sigue siendo mucho más sencillo controlar un estado-nación de esta manera.

No nos hagamos trampas al solitario. A día de hoy, teniendo en cuenta la disciplina de partido, es sencillo desmontar el parlamentarismo ficticio que hemos de soportar, pues bastaría que solamente los jefes de partido asistiesen al Congreso de los Diputados para dar a conocer el sentido de voto de sus respectivos partidos; un voto que significa un posicionamiento que ha sido adoptado por las correspondientes cúpulas en los despachos, sedes, bares o tugurios que suelen frecuentar.

Recuperemos nuestra Soberanía Nacional entregada a organismos internacionales que, en nada, defienden nuestros intereses.

El pragmatismo estadounidense, sufrido y harto conocido por España, ha vuelto a imperar y se ha encargado de promover el atlantismo en Europa, haciendo que el esclavo amase su posición de sirviente mediante su pertenencia a organismos transnacionales, como la OTAN, que representan exclusivamente los intereses de EEUU.

Y es que por mucho que los defensores del actual establecimiento, incluidos los prostituidos medios de desinformación, se llenen la boca con los términos “DEMOCRACIA”, “LIBERTAD”, e “IGUALDAD”, los hechos son testarudos y hablan por sí mismos.

Ante el conflicto existente entre Rusia y Ucrania, todo auténtico amante de la democracia, de la libertad, o de la igualdad, debería de llevarse las manos a la cabeza ante el papel irrisorio que juegan los primeros ministros de los estados-nación pertenecientes a la Unión Europea, y cómo siguen el dictado del Presidente de los EEUU, Joseph Biden. La falta de criterio y de soberanía es alarmante y coloca a los pueblos ante un peligro que puede suponer la destrucción de los mismos; todo ello, por defender los intereses de su amo, los EEUU.

La Falange muestra su rechazo firme a que España haya cedido su soberanía a órganos en los que su papel pasa inadvertido, y las decisiones que afectan a su presente y futuro son tomadas en otros países, por personas que no persiguen el bien del pueblo español. Proponemos la recuperación de la soberanía, siendo plenamente conscientes de que los españoles sólo podrán ser libres y velar por sus intereses, cuando su nación, España, sea libre.

#VuelveAcreer

 #SomosLaFalange