En la tarde de hoy hemos tenido ocasión de escuchar en la Librería Europa de Barcelona, un testimonio de primera mano de cómo actúa la falsa democracia que impera en Alemania.
Las experiencias vividas por la conferenciante y su familia, contrastan claramente con los textos legales existentes en su Patria, -textos que hemos tenido ocasión de conocer-, donde afirma vivir un proceso claro de desgermanización que no conoce límites, amén de una persecución política clara y notoria.
Tanto la conferenciante, Inge Godenau, como su familia, han cometido el «terrible crimen» de militar activamente en filas políticas marginadas por el sistema globalizador que tan bien trabaja en la destrucción de lo poco que queda de Europa y por ello, han sufrido allanamientos de morada, deportaciones, multas e incluso revocaciones de sus contratos de trabajo.
Allanamientos de morada por parte de las «fuerzas del orden» con argumentos tan extravagantes y surrealistas como la acusación de fabricar bombas nucleares -cómo si fuera una empresa asequible a todo el mundo-, expulsión de una conferencia por ser señalada como «persona de derechas» -con posterior evacuación de la sala incluso-, acusación de tener libros prohibidos -cuando no hay lista alguna de estos en su país-, deportación de su marido como «persona non grata en el país» o pérdidas constantes de trabajo: Siendo prohibido en su región contratarla por sus ideas, primero y despedida en el trabajo encontrado en otra región después, al hacersen eco de las mismas a través de un reportaje.
Al margen de sus vivencias, Inge Godenau ha llevado a cabo también un análisis de la situación política en su país, donde se prima el regreso al trabajo de las madres lo antes posible tras el parto y el ingreso de los niños en guarderías, -contraviniendo la importancia de la cría del bebé en su hogar y de la lactancia materna- en pos de la destrucción de la esencia familiar, mientras se favorecen a ultranza los derechos de las parejas homosexuales en el mismo sentido o donde se prohíbe explícita e ilegalmente en actos públicos, la presencia de «gente de la extrema derecha» o el alquiler de inmuebles donde se vayan a llevar a cabo actividades culturales o políticas de este signo.
Pese a lo expuesto -que no es sino un simple extracto de lo que hemos escuchado esta tarde-, la conferenciante ha hecho una llamada a la esperanza, afirmando que en Alemania la gente patria parece estar despertando, congregándose todos los lunes en las calles, en protesta contra el sistema imperante, además de alentarnos a luchar por nuestras identidades, comprando en comercios patrios locales, culturizándonos para dar lo mejor de nosotros mismos a la sociedad, -partiendo de nuestras familias y amistades-, conformando al fin y al cabo, una estructura social digna, que combata contra los dictados del sistema.