-Añade: “EI es un movimiento wahabí, igual que lo era Al Qaeda; el wahabismo parte de Arabia Saudí y en Arabia Saudí, al igual que en Raqqa, no hay derechos para las mujeres, se decapitan personas, no puede haber iglesias”.
-“Tiene que haber un combate ideológico contra el islamismo radical. Empezando por Arabia Saudí”.
-“EI ataca a quienes les atacan (Francia, Rusia…). No es una guerra mundial”.
-“EI necesita un territorio, y mientras lo tenga, seguirán teniendo fuerza”.
-“Hay que entender que el Estado Islámico es un estado para destruirlo”.
-“¿Qué hacer después de destruir al EI? Hay que construir una alternativa”.
-“Destruimos sin construir. Creamos vacíos de poder. Falta una oposición laica”.
-“Fue un error mayúsculo destruir el sistema de Sadam Hussein”.
En Onda Cero, el experto en yihadismo, periodista de la agencia Efe y autor de “Isis: Geopolítica del caos”, Javier Martín ha sido preguntado por el atentado en Túnez: “Los tunecinos están tristes y enfadados, pero piden que siga la vida normal, sin miedo”.
También ha hablado sobre el Estado Islámico (EI): “No estamos en una guerra mundial como se está diciendo porque el Estado Islámico esté atacando en diferentes países. No ataca en América Latina, ni en EEUU, ni en el norte de Europa, no ataca en el sudeste asiático. Ataca a sus enemigos. A Francia, porque está bombardeando Raqqa y está atacando Mali. Ataca Túnez porque hay un problema local de yihadismo desde los años 80 y las fuerzas de seguridad tunecinas están combatiendo desde el año 2011 a grupos yihadistas en el sur del país. Ataca a Turquía porque está implicada en la guerra de Sira. Ataca a Rusia porque está bombardeando al EI. Ataca a Egipto porque está implicado en la guerra contra EI, ataca en Beirut porque Hezbolá está implicado en el ataque contra el EI. EI ataca a quien le taca. Pero no está haciendo una guerra mundial para extender el miedo en todo el mundo. Si un país ataca a EI probablemente recibirá su castigo. Tenemos que entender que EI es diferente a Al Qaeda. Al Qaeda era una idea, EI es una idea llevada a la práctica. Al Qaeda no necesitaba un territorio para sobrevivir; EI sí, para sobrevivir, funcionar y funcionarse. En el momento en que entendamos que estamos luchando contra un Estado terrorista y no contra una organización terrorista tendremos muchos más instrumentos para derrotarlos”.
En ese sentido, ha añadido: “Mientras EI tenga un territorio bajo su control seguirá teniendo fuerza para atacar, para resistir en el territorio en el que está y para atacar fuera cuando se sienta atacado o amenazado”. “Es un Estado con una administración, un sistema de justicia, un sistema de recaudación de impuestos, un sistema militar con manos y ejército, que tiene armamento, recursos económicos, relaciones con los países circundantes”. “Si solo destruimos Estado Islámico tenemos que pensar qué ocurrirá el día después, que es lo que no se ha hecho en la política internacional”. “Qué hacemos con las poblaciones que están bajo el yugo del EI, ¿devolvemos las de Siria al Gobierno de Al Assad, que se levantaron contra él o las devolvemos al control, de una oposición siria dividida y penetrada por los propios islamistas? ¿Quién va a controlar esa zona de Siria cuando se vaya EI? En Irak, ¿se las devolvemos al Gobierno chií de Bagdad que durante años ha atacado a los suníes en esas zonas y que los suníes tienen miedo de ese Gobierno de Irak? ¿Vamos a mandar tropas extranjeras para que sufran atentados y se complique la situación como estaba en el año 2010? Vamos a entender que para acabar con el EI no hay que destruir solo, sino que hay que construir una sociedad alternativa. Ese es el problema en este momento: solo nos centramos en el bombardeo y no pensamos que ese vacío de poder que se creará”.
Preguntado por el punto más vulnerable de EI, ha explicado: “A EI habría que hacerle daño en conjunto, desde el punto de vista militar, pero no solo bombardeando Raqqa sino los puentes en el Eufrates y el Tigris, intentando acabar con sus infraestructuras, para que no pueda haber movimiento de tropas dentro de su territorio. Hay que atacar la financiación pero no solo la del petróleo sino esos impuestos que cobran, ese dinero que recibe del exterior, esa compraventa de armas en la que está involucrado con otros países de la zona. Y después, el combate tiene que ser ideológico, que parte buscando los orígenes de EI. EI es un movimiento wahabí, igual que lo era Al Qaeda. El wahabismo parte de Arabia Saudí y en Arabia Saudí, al igual que en Raqqa, no hay derechos para las mujeres, se decapitan personas, no puede haber iglesias. Arabia Saudí lleva desde los años 80 difundiendo el wahabismo por el mundo, construyendo y financiando mezquitas en Europa y en el mundo árabe, en las que se da una imagen el islam desviada y radical”. “El Golfo Pérsico es el origen, el Golfo es el lugar donde se puede empezar a combatir esa ideología radical porque es desde allí desde donde esa ideología radical se ha extendido al resto de los países”. “Me refiero a Arabia Saudí que es el primer país del Golfo Pérsico, que tiene el Consejo de Seguridad del Golfo Pérsico donde están seis de los siete países de esa región, todos menos Yemen, y que desde los años 80 lleva una política de difusión de ese Islam wahabí que ha hecho mucho daño no solo en Europa sino en los países árabes”.
Preguntado por la responsabilidad de los aliados por la invasión de Irak en la creación del EI, ha respondido: “La responsabilidad viene del error mayúsculo que supuso destruir el sistema y el Estado de Hussein, que es un problema y un error que se ha repetido 8 años después en Libia. Es decir, destruimos sin construir. Creamos vacíos de poder y en los vacíos del poder en el mundo árabe musulmán quien gana son los islamistas porque durante 20-30 años las dictaduras árabes a las que hemos apoyado desde Occidente, que han sido nuestros aliados, las monarquías como Arabia Saudí que hemos apoyado y que seguimos apoyando, se han dedicado a destruir toda forma de oposición, todo movimiento laico que pudiera ser una alternativa a sus dictaduras, todo movimiento u ONG que denunciara las violaciones sistemáticas de los derechos humanos que ha habido durante esos 20-30 años. Y en esa falta de oposición laica, cuando llegan las primaveras árabes no hay una oposición que laica que pueda hacerse con el poder”. “Y eso es lo que permite a los movimientos islamistas, que son los más estructurados, hacerse con el poder”.
José Ángel Gutiérrez