Duele, ¿verdad? Molesta oír entre el chasquido de joyas y Rólex y el dulce caminar sobre las moquetas del Congreso que la Corona es antiespañola porque no defiende a la nación.
La verdad te duele, Gobierno de España, porque hace tiempo que no gobiernas, y más aún que no estás del lado de España.
La verdad te incomoda. Se te atraganta la última copa de champán pensando en lo que te dijeron Manuel Andrino y Jesús Muñoz el 11 de septiembre, que no se pueden poner a la misma altura a la mujer violada y al violador, que defender a tu patria de los desprecios de un futbolista o de los pitos al himno es un deber de toda persona bien nacida. Se te indigesta el menú del Hotel Palace sólo porque Jesús Muñoz y Manuel Andrino han dicho que lo que merece la pena defender es España, y no tu corrupta democracia. Ves en peligro tu chollo, tu VISA a cargo del dinero público, tus compras en la Quinta avenida cargadas a las espaldas del taxista, del camarero, del albañil que te votó. Es de mal gusto decirte, micrófono en mano, en plena calle y rodeados de cada vez más gente, que “no es que el sistema tenga fallos, es que el fallo es el sistema”. Se te corta la digestión y la poca conciencia que te queda, Gobierno de España, cuando Jesús Muñoz y Manuel Andrino te recuerdan que el motivo para luchar contra la independencia de Cataluña no es que se queden fuera de la UE, sino que se quedan sin Patria (la única verdadera), sin Verdad, sin Dios y sin raíces. Te revuelve el estómago darte cuenta de que has convertido al pueblo español -otrora patriota, religioso, guerrero, viril y trabajador- en ciudadanía democrática, aséptica y desnortada, que está al nivel -casi- de sus dirigentes, y que no piensa en otra cosa que en dormir una siesta que dura demasiado ya mientras tú les robas la cartera, el alma, la Patria y la decencia. Y otra de chipirones, camarero.
No está bien -¿verdad, Gobierno de España?- que alguien te recuerde cómo te has arrodillado ante la ETA y sus testaferros para ganar una paz indigna sólo a la altura de un Gobierno español que se ha convertido en el mayor enemigo de España. “No conseguirán nada” -te recordaron Manuel Andrino y Jesús Muñoz- repetías con cada asesinato. Y ahí los tienes, gobernando en unas poltronas cubiertas de las cenizas de los muertos y de la cal que tienen preparada para los que aún estamos vivos. No te gusta escuchar verdades que hagan eco en el vacío de tu espíritu vendido al mejor postor, a la última oportunidad -¿un soplo?- de la bolsa para forrarte, a tu 3%, a tu “Luis, sé fuerte”, a la última puta de lujo o raya de coca que te esnifabas en los baños del congreso. Creerse un Dios siendo un mierda es tentador. Y las verdades de Jesús Muñoz y Manuel Andrino te dan un leve dolor de cabeza. Es incómodo que te digan la verdad, que el separatismo sólo se combate con patriotismo, y no con un artículo de un decreto de una ley de un panfleto.
Tienes miedo de que se te acabe la fiesta, Gobierno de España. Por eso amenazas con encarcelar a los patriotas y con ilegalizar nuestros partidos y sindicatos.
Estás acomplejado, Gobierno de España, porque te cuesta creer que los patriotas somos fieles a la palabra dada y a la Patria, y estamos dispuestos a luchar por ello.
Ve guardando el champán, escondiendo tu Rólex, apurando tu menú del Palace, estrujando tu VISA en tu Quinta avenida, y esnifando tus últimas rayas a costa de las espaldas del pueblo trabajador.
Porque estamos aquí y no tardarás en ser tú el que esté perseguido por la justicia.
Porque el 3% de nada es nada.
Porque toda la razón está de nuestra parte y la verdad es revolucionaria en el sucio país que nos habéis hecho heredar.
Somos muchos, cada vez más, los que estamos detrás de Jesús Muñoz y de Manuel Andrino.
La Falange y el Sindicato de Trabajadores Nacional-Sindicalistas tienen honor.
¿Y tú?
La Falange de Cantabria