Buenos días Camaradas y amigos:
La Historia la escriben, o debieran hacerlo, los historiadores, y no los políticos, y menos aún, estos que pretenden reinventar la Historia, con un carácter puramente revanchista. Aunque no les guste, los falangistas seguimos aquí, para escribir el presente, y para buscar un futuro próspero para todos los españoles, intentando no reabrir heridas del pasado.
Pero cuando estos llamados «demócratas», intentan cambiar la Historia de España, mintiendo de forma descabellada sobre lo sucedido en aquellos años de la II República, los falangistas debemos salir a la calle para defender el honor de los nuestros, que no olvidemos, dieron su vida, frente a aquellos que querían destruir nuestra Patria, convirtiéndola en un satélite comunista más, de la antigua Unión Soviética.
Ni antes Zapatero, ni ahora Rajoy, por muy traidores, cobardes y sectarios que sean, podrán borrar jamás la memoria ni el sacrificio de los miles de nombres que figuran, o figuraban en las placas que han retirado de cientos de pueblos y ciudades de España.
Y el Honor y el Valor de nuestros camaradas, nunca podrá ser pisoteado por esta estúpida Ley, llamada de Memoria Histórica. Una Ley que pretende criminalizar a un bando –el Nacional-, olvidándose, por ejemplo, de los miles de asesinados en la zona republicana, entre los que se encuentran mas de 6000 religiosos, ejecutados en los asaltos a conventos, iglesias y seminarios; o los miles de civiles que por la simple sospecha de ser lo que ellos llamaban «fascistas», por ir a misa, por leer determinado periódico, o por guardar en sus domicilios algún objeto religioso, fueron asesinados sin más contemplaciones, aplicándoseles la «democracia republicana».
Porque a diferencia de lo que digan hoy los intelectuales e historiadores «políticamente correctos», la represión llevada a cabo en la retaguardia republicana, NO se debió a grupos de incontrolados, sino que desde las organizaciones y partidos del llamado Frente Popular, se ejecutó de forma sistemática, masiva y organizada, con el beneplácito de los distintos gobiernos de la República. Habría que recordar a todos estos «demócratas de pacotilla», que el PSOE, el PCE, la CNT, la UGT, el PNV o Ezquerra Republicana, crearon sus checas y sus respectivos comités de milicias, formando «democráticamente» eso si, un gigantesco aparato represivo dedicado a la detención, al robo, a la tortura y al asesinato.
Mientras se ha perseguido a nuestros Caídos, ésta basura de Democracia, ha permitido que los nombres de terroristas y asesinos de ETA hayan figurado en plazas y calles de numerosas localidades vascas, sin que nadie haya hecho nada por impedirlo. Esta misma Democracia, que homenajea a criminales y asesinos como SANTIAGO CARRILLO, culpable del asesinato indiscriminado de miles de españoles.
Todo esto conviene recordarlo a día de hoy, cuando aquí en Valladolid se abren de nuevo esas viejas heridas, intentando acabar con el monumento a ONÉSIMO REDONDO en el cerro de San Cristóbal. Estos son los nuevos talibanes, que como hace poco en Afganistán o en Irak, piensan que la Historia se borra a base de dinamita o arrancando páginas de los libros de Historia.
Camaradas y amigos, no debemos avergonzarnos, ni de nuestras ideas falangistas, ni de nuestras creencias religiosas. Debemos estar orgullosos de nuestra Historia y de lo que hicieron los nuestros por ejemplo aquí, en Valladolid, cuna del Jonsismo, donde miles de vallisoletanos se encuadraron en pocas horas en las Banderas de La Falange, para salir a combatir a la Sierra de Guadarrama. Y fue precisamente al frente de todos ellos donde ONÉSIMO REDONDO perdió la vida, porque nunca rehuyó el combate, ni dialéctico, ni físico. Supo cumplir su destino, primero defendiendo los derechos de los campesinos al frente del sindicato de remolacheros y después junto a sus camaradas en primera línea de combate.
ONÉSIMO REDONDO, como el resto de Jefes y Fundadores de La Falange, cumplió con abnegación el servicio al pueblo español como una forma de entender la vida, y eso le llevó a la muerte.
Sé que son tiempos difíciles y cualquier cosa que se diga en nombre de LA FALANGE (FE) o de cualquier otro grupo «patriota», es poner en el punto de mira a quien lo haga. Pero hay que decirle a este gobierno cobarde del PP, que ni la manipulación interesada de la prensa, ni sus multas, ni sus policías, ni todos sus perros de presa en forma de movimientos contra la intolerancia o fiscales contra el odio, nos asustan. Que cuando está en peligro la misma existencia de España, estamos obligados a darlo todo, y cumplir nuestro Juramento, como ya hicimos los falangistas en 1.936. Y precisamente, nos han colocado en el punto de mira de este sistema corrupto, cobarde y traidor, los que han arruinado España y llevan camino de romperla en pedazos.
Los mismos que se atreven a pedir nuestra ilegalización, son los que apoyados en esa basura, llamada Constitución, han convertido España en refugio de ladrones, corruptos y chorizos. Quieren ilegalizarnos los que han negociado con terroristas y aprobaron la llamada Ley de Memoria Histórica, intentando borrar el sacrificio de millones de españoles que lucharon contra aquella repugnante II República. Esa Ley aprobada con el odio de la izquierda y la cobardía de la derecha.
Mienten cuando dicen que aquel levantamiento fue un Golpe de Estado contra un gobierno legítimo y democrático. ¿Y sabéis POR QUÉ? Pues porque ESPAÑA llevaba en Guerra Civil casi desde la misma proclamación de la II República y ahí esta la quema de iglesias y conventos en el año 1931; la Revolución de Asturias del año 1934 con miles de muertos y heridos; la proclamación ilegal de independencia por parte del Gobierno Catalán lo que ocasionó combates en plena ciudad de Barcelona; Por no hablar de los cientos de atentados, asaltos a sedes de partidos politicos y sindicatos, que se multiplicaron desde las elecciones de Febrero de 1936.
Por eso, el levantamiento de aquel 18 de julio, no fue solo militar, en contra de los que nos quieren vender estos que pretenden reinventar la Historia, sino que contó con el apoyo de una parte muy importante de la población civil, harta de la situación de caos, inseguridad y desgobierno que se vivía en España. Y por eso los falangistas no solo no renegamos de nuestra participación en aquellos hechos, sino que estamos muy orgullosos de los miles de hombres que formaron las Banderas de la Falange y de que combatieran en los puestos de mayor riesgo y lucha.
Lo que no es normal es el victimísmo de que hace gala ahora la izquierda. La misma izquierda que pretendía acabar físicamente con al menos la mitad de la población. Son los herederos de aquellos pistoleros socialistas que asesinaron al líder de la oposición, JOSÉ CALVO SOTELO, en un vehículo policial, después de que los guardias de asalto lo sacaran a rastras de su domicilio.
Los mismos socialistas, que no hace mucho, crearon una banda de mercenarios, el GAL, para secuestrar, torturar y asesinar por un módico precio, y que aprovecharon, ya de paso, para llevarse los fondos reservados del ministerio del interior. Los que hablaban con los pistoleros de ETA mientras éstos volaban la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas; o les chivaban en el Bar Faisán, que la policía les iba a detener, para que huyeran y no estropearan el llamado «proceso de negociación». Los mismos que tienen por referente político a Fidel Castro, Chaves o Maduro, y solo hay que ver como están aquellas queridas naciones hermanas. Los mismos que negaban la crisis, cuando en España ibamos camino de los 6 millones de parados. Los que dan lecciones de democracia, inventándose unas elecciones primarias entre sus militantes, y cuyos candidatos elegidos son directamente expulsados del PSOE o de IU, para poner a dedo a los de siempre.
Esta izquierda que os acabo de mencionar es la que promueve el revanchismo, con la cobardía de la derecha del PP, lo cuál nos extraña cada vez menos, teniendo en cuenta que esa derecha cobarde y acomplejada, votó a favor de la condena del levantamiento del 18 de Julio, y sus parlamentarios aplaudieron a rabiar a los mercenarios de las Brigadas Internacionales cuando visitaron esa cueva de ladrones en que han convertido el edificio de la Carrera de San Jerónimo de Madrid.
Ese PP que puso en Madrid el nombre de una calle a ese asesino, genocida e hijo de perra que respondía al nombre de Santiago Carrillo. Una derecha, a la que pertenece este alcalde de Valladolid, que como otros miembros del PP, muy demócratas ellos, ahora pretenden acabar en España con lo que llama «cualquier vestigio de fascismo», esperemos que no nos den el «paseo» como entonces, mientras permiten que los terroristas gobiernen en diputaciones y ayuntamientos y se sienten en el Parlamento.
Un PP que se dedica al cierre de hospitales y a echar a miles de profesionales sanitarios a la calle, mientras privatiza la gestión de lo público a base de los amiguetes de turno, con las consecuencias que todos conocemos.
Un PP que instala el copago sanitario, incluso para los pensionistas. Unos pensionistas que en este país cobran verdaderas miserias. Ese PP que sigue favoreciendo con ayudas millonarias a la banca para tapar la corrupción y las ayudas a los partidos políticos, con casos tan sonados como el de BANKIA, el GURTEL o el expolio en BALEARES. Una corrupción en la que están instalados por igual, populares y socialistas, comunistas y nacionalistas, y que han arruinado el sector público, privatizando las empresas públicas que obtenían beneficios, mientras asumían las pérdidas de la banca privada.
Esa banca que ha perdonado las deudas del PSOE o del PP por igual, y que se ha dedicado a la usura y a la estafa generalizada a los más desfavorecidos, originando la pérdida de sus ahorros y de sus viviendas a miles de españoles, en una política de engaño masivo y desahucios que no se pueden permitir ni un segundo más.
Un PP que decía una cosa en la oposición y hace la contraria en el gobierno, y que sigue subvencionando con nuestro dinero a fundaciones inútiles y partidistas como FAES presidida por Aznar, o la Fundación Pablo iglesias, presidida por Alfonso Guerra.
Un Partido Popular que ha vuelto a mentir y sigue permitiendo el mayor genocidio de nuestros días, manteniendo la Ley del Aborto, a pesar de las promesas electorales que hizo.
Un PP que ha establecido una nueva reforma laboral que permite de hecho el despido libre, fomentando los contratos basura y el que nuestros jóvenes trabajen por sueldos míseros. Una política laboral que, primero con el PSOE, y luego con el PP, han permitido los sindicatos chaperos del sistema. Esos sindicatos corrompidos y corruptores que al calor de la subvención y la prebenda, firmaron el despido libre y los convenidos infumables, que permitieron las ETT´s, y que disfrutan de un patrimonio sindical que jamás fue suyo.
Unos sindicatos que se instalan en los Consejos de Administración de las empresas y de los bancos públicos, para llevárselo muerto, y que participan en escándalos tan sonados como el de los ERES de Andalucia, donde socialistas, comunistas y sindicalistas, han robado a manos llenas el dinero que iba destinado a los trabajadores mas desfavorecidos. Unos sindicatos, que forman parte de esa casta parasitaria que ha arruinado ESPAÑA y a millones de familias, mientras vaciaban las arcas públicas.
Y todo esto no ha surgido PORQUE SÍ.
Los falangistas llevamos denunciando esta situación desde el año 78 y por eso votamos que NO a esa Constitución a cuya sombra se ha instalado la corrupción generalizada, con el cobro ilegal de comisiones por obras, licencias y concesiones públicas.
Eso si, todo ello en nombre de la «democracia y la libertad», teniendo en cuenta que parte importante de ese dinero, robado se desvía a los partidos políticos que dirigen los destinos de este podrido sistema liberal capitalista y su queridísima democracia. Y a la cabeza del saqueo de España, la familia real, verdaderos especialistas en el cobro ilegal de comisiones.
No es de extrañar que los Urdangarín de turno se hayan sumado a la fiesta del ladrocinio, viendo lo que lleva haciendo desde hace años su suegro, el mayor chorizo del reino, lo que le ha convertido en una de las mayores fortunas del país. Algo que por supuesto, ni unos ni otros han podido hacer, sin el beneplácito de una Justicia podrida y manipulada al servicio del político de turno y de los intereses bastados de casta o de grupo mediático.
Unos jueces que han dictado resoluciones como la del Estatuto de Autonomía de Cataluña que fomenta el separatismo y la ruptura de la Unidad de España; o la de los matrimonios entre homosexuales, que permite, contra natura, la adopción de niños por parte de maricones y lesbianas.
Me pregunto yo, ¿Para que sirve esta supuesta democracia? Si los programas electorales, por los que la gente debiera votar a los partidos del sistema, se incumplen desde el día siguiente a las elecciones y permite, que por ejemplo, el PP, haya traicionado a las Víctimas del Terrorismo, una vez más, y no será la última, concediendo la libertad a los asesinos de Eta.
Que no nos vengan con cuentos chinos. Que el Gobierno del PP sigue con el proceso de negociación con los terroristas, iniciado por el traidor de Zapatero. El PP se ha dado mucha prisa por excarcelar a decenas de criminales de eta, que no han llegado a cumplir, ni un año por asesinato cometido, y ya lo estaba haciendo antes de conocer la sentencia de Estrasburgo.
Camaradas: Hoy estamos aquí en Valladolid, para defender una parte importante de la Historia de España, pero sin ánimo de intentar reescribirla. Unos hechos nos gustarán mas, y otros nos gustarán menos, pero nos parece estúpido intentar esconder y sepultar una parte, que es lo que se lleva haciendo durante los últimos treinta y tantos años.
Los falangistas de ahora, como los de entonces, sabemos aceptar el gran reto de nuestro tiempo, que no es otro que: Luchar sin descanso por una verdadera JUSTICIA SOCIAL para todos los españoles y por una irrenunciable UNIDAD NACIONAL.
Y por eso, hoy como ayer, son muchos los enemigos de nuestra Patria, y hoy como ayer, nuestra bandera sigue alzada en la lucha gracias a los que hoy nos encontramos aquí, y sobre todo, a los que ayer supieron dar su vida por España, y como ejemplo de todos ellos, ONÉSIMO REDONDO.
GRACIAS Y ARRIBA ESPAÑA
Valladolid, a 8 de marzo de 2015