Buenas tardes camaradas y amigos:
Los patriotas que hace ahora exactamente dos años, impidieron el aquelarre separatista en esa cueva de ratas traidoras, a la que llaman «Embajada de Cataluña en Madrid», no hicieron más que cumplir con su deber.
Lo que cualquier español bien nacido debería hacer, ante la sola presencia de estos separatistas, que quieren destruir la sagrada Unidad Nacional de España, con el beneplácito de esta casta política, corrupta hasta el infinito y vacía de valores.
Demasiado permisivos y tolerantes fueron en realidad nuestros camaradas, al acallar las voces necias y rastreras de quienes en el centro de la capital de España, venían a fomentar con total impunidad la ruptura de España.
Los nuestros, SI que hicieron caso al juramento hecho en su momento, de impedir, por todos los medios a su alcance, el que se insultara a la Patria, ante la connivencia, y el silencio cómplice de los poderes del Estado, seguramente mas ocupados en llevarse de forma corrupta los fondos de ayuntamientos, comunidades y ministerios.
Fueron detenidos y expuestos de forma pública para un escarnio, que NO se produjo, a pesar de que los gobiernos central y autonómico, la prensa manipulada, la policía servil y todos los sabuesos del poder, lo intentaron con todas sus fuerzas.
Pues bien, NO pudieron impedir, que su gesto de valentía supusiera un aldabonazo a las conciencias de millones de españoles que no se resignan al «discurso oficial», y que bajo ningún concepto permitirán, por las buenas o por las malas, la ruptura de una convivencia que dura ya muchos siglos.
Porque en realidad, quienes están fuera de la Ley, son la Generalidad de Cataluña y el Gobierno de España.
Unos porque convocan referéndum ilegales a sabiendas.
Porque han creado un verdadero sistema de «apartheid» contra todos aquellos que sienten y hablan en español en Cataluña.
Porque incumplen de forma sistemática las diferentes sentencias de los tribunales, respecto al uso de la lengua española allí.
Porque hacen caso omiso y burlesco a la llamada Ley de Banderas, impidiendo que ondee la Bandera de España en comisarías, ayuntamientos o delegaciones de la Generalidad.
Porque miran hacia otro lado, a pesar de tener las competencias en materia de seguridad, y dejan sin castigo, a quienes realizan actos ofensivos contra los símbolos de España, permitiendo y alentando las agresiones, insultos y amenazas que sufren quienes los llevan en Cataluña.
Porque permiten la exaltación del terrorismo de ETA o TERRA LLIURE en manifestaciones de carácter independentista, sin que haya detenido o identificado alguno.
Porque son los que negociaron con ETA para ver donde se podía, y donde no se podía, atentar contra policías, militares o políticos.
Porque son refugio y nido de terroristas reciclados, que usan a diario la metodología totalitaria de las exrepúblicas soviéticas para amedrentar al menos a la mitad de la población.
Porque son los que han convertido a Cataluña en la región mas corrupta de la UE, donde se ha pasado del cobro del famoso TRES POR CIENTO de comisión ilegal al CINCO POR CIENTO, con casos tan sonados como el Pallerols, la familia Pujol, las ITV, las autopistas, el Palacio de la Ópera, etc. etc.
Y los otros, los que ha ocupado el gobierno de la nación, o sea, el PP y el PSOE, el PSOE y el PP, porque han mirado hacia otro lado, desde que se aprobó esa basura, llamada Constitución del 78, donde se instauró el «café para todos» en virtud de aquel nefasto periodo llamado «transición», que nos ha llevado a esta situación de caos y de ruptura.
Unos y otros han gobernado, cuando los han necesitado, con los votos de los separatistas catalanes y vascos, cediéndoles competencias como la educación o la seguridad, que han permitido adoctrinar de forma mísera y canalla en el odio a España a generaciones de jóvenes catalanes, a los que además se les ha permitido todo típo de desmanes en las calles de Cataluña, ante la pasividad de esa policía política, y esa justicia manipulada al servicio del separatismo.
Se ha creado una llamada fiscalía contra el odio en Cataluña que sólo funciona contra los patriotas españoles, que se atreven a decir, a veces de forma heroica y nunca bien agradecida, que Cataluña JAMÁS se irá de España, aunque para ello tengan que derramar hasta la última gota de su sangre, pero también, faltaría más, la de los enemigos de España, como ya hicimos los falangistas en el año 36.
Tenemos que impedir, cueste lo que cueste, que en España se emplee el sentimiento separatista a plena luz del día y a todo volumen, como instrumento normal de comunicación política entre Cataluña y el resto de España.
No podemos permitir que la tarea de muchas generaciones al servicio de un esfuerzo constante; en busca de una UNIDAD DE DESTINO que nos llevó a escribir algunas de las páginas más grandes de la Historia, se venga abajo por la actitud aldeana, desintegradora y bárbara de los separatistas y de sus cómplices, los partidos de este mal llamado «sistema democrático».
Nos da igual el resultado que se vaya a producir en esa pantomima de elecciones del próximo 27 de septiembre.
ESPAÑA ES IRREVOCABLE, y los catalanes y el resto de españoles podrán decidir acerca de cosas secundarias, pero acerca de la misma esencia de ESPAÑA, no tienen nada que decidir.
Las naciones no son contratos que se puedan rescindir por la voluntad de quienes los otorgan. No dependen de la voluntad, ni de pocos ni de muchos.
ESPAÑA no es nuestra como objeto patrimonial. Nuestra generación no es dueña absoluta de España. La hemos recibido del esfuerzo de generaciones y generaciones anteriores y hemos de entregarla, como depósito sagrado, a las que nos sucedan.
Si se aprovechara este momento de crísis y de decadencia, para dividir España en pedazos, nuestra generación cometería para con las siguientes la mas alevosa traición que es posible imaginar, y por ahí los falangistas no vamos a pasar.
Pocos o muchos, condenados o ensalzados, sabremos cumplir nuestro deber al márgen de leyes, porque no hay Ley más sagrada que la pervivencia de ESPAÑA.
Arriba España