La pasada semana, la empresa de cementos Cemex anunció el cierre de la fábrica situada en la localidad almeriense de Gador. Una tragedia tanto para los trabajadores de la cementera como para los de otras muchas empresas que suministran a esta, así como para toda la comarca.
La multinacional mexicana se justifica con una mentira al afirmar no obtener rentabilidad. Pero ésto no se ajusta a la realidad, ya que la multinacional adquirió esta fábrica hace 4 años, cuando el sector se encontraba muy por debajo del nivel actual. Lo que en verdad esconde la decisión de cerrar tanto la fábrica de Gador (Almería) como de la situada en Lloseta (Baleares) es la voluntad de trasladar la producción hacia países en vías de desarrollo, para reducir los costes con indignas condiciones laborales y de seguridad, y saltarse la legislación de emisiones de CO2 en un afán inmoral de lucro capitalista.
La Falange denuncia el abandono institucional ante tal situación que va a condenar a cientos de trabajadores a la miseria. Situaciones repetitivas donde siempre salen perdiendo los mismos mientras los grandes capitales siempre salen ganando. Como sindicalistas y compatriotas apoyamos a estos trabajadores y a todas sus familias, víctimas del injusto sistema capitalista que padecemos. Y seguimos la lucha para implantar un nuevo sistema económico, justo socialmente donde el trabajador no sea maltratado y recupere la dignidad que se merece dejando de ser un simple medio de producción en manos del capital.