Como muy bien sabe, Sr. Sánchez, en estos días se está juzgando a un grupo de patriotas que en el año 2013 se atrevieron a entrar en el centro Blanquerna el día que allí se “celebraba” la “diada” catalana, es decir, un acto de exaltación de odio a España, que en eso se ha convertido tal celebración. Entre los “asaltantes”, todos patriotas, están mis camaradas falangistas.

En la Audiencia estuvimos el primer día del juicio y tuvimos oportunidad de asistir al triste espectáculo de ver a nuestros valientes sentados en un banquillo de acusados por algo que no debería tener nada de delictivo, reivindicar la españolidad de Cataluña.

Somos españoles, somos falangistas, como tales amamos a España, amamos a Cataluña, citando al fundador de La Falange, José Antonio Primo de Rivera, Si alguien hubiese gritado muera Cataluña, no sólo hubiera cometido una tremenda incorrección, sino que hubiera cometido un crimen contra España, y no sería digno de sentarse nunca entre españoles. Todos los que sienten a España dicen viva Cataluña y vivan todas las tierras hermanas en esta admirable misión, indestructible y gloriosa, que nos legaron varios siglos de esfuerzo con el nombre de España”.

Así lo creemos y así lo defendemos y citando de nuevo a nuestro fundador (¿Quién mejor?: Nosotros amamos a Cataluña por española, y porque amamos a Cataluña la queremos más española cada vez, como al país vasco, como a las demás regiones. Simplemente por eso porque nosotros entendemos que una nación no es –meramente el atractivo de la tierra donde nacimos, no es esa emoción directa y sentimental que sentimos todos en la proximidad de nuestro terruño, sino, que una nación es una unidad en lo universal, es el grado a que se remonta un pueblo cuando cumple un destino universal en la Historia. Por eso, porque España cumplió sus destinos universales cuando estuvieron juntos todos sus pueblos, porque España fue nación hacia fuera, que es como se es de veras nación, cuando los almirantes vascos recorrían los mares del mundo en las naves de Castilla, cuando los catalanes admirables conquistaban el Mediterráneo unidos en naves de Aragón, porque nosotros entendemos eso así, queremos que todos los pueblos de España sientan, no ya el patriotismo elemental con que nos tira la tierra, sino el patriotismo’ de la misión, el patriotismo de lo trascendental, el patriotismo de la gran España”.

Queda claro qué piensa La Falange con respecto a las ansias separatistas de algunos catalanes, de algunos españoles. Es por eso que nos hierve la sangre al ver a nuestra querida Patria sufrir el acoso destructor por parte de instituciones, y de sectores de toda índole, viendo la ineptitud de unos, la cobardía de otros y la maldad del resto. La sangre hierve, es inevitable si es que se tiene sangre, cosa que dudo tengan tantos políticos y, por desgracia, tantos españoles. Parece que la sangre ha sido sustituida por algún líquido inerte, que ni bulle con la injusticia ni con la mentira.

A propósito de esto, de reacciones, y a raíz de haber visto cómo después de su caída al suelo “patas arriba” al salir los camaradas de la librería Blanquerna, una vez realizada la protesta contra el acto separatista que allí tenía lugar; tengo que decirle que reconozco que Vd., reaccionó después de la citada caída como si tuviese sangre en las venas, mientras la mayoría reculaba, se escondía o huía (ejemplo, el tal Anasagasti) Vd. tal vez por el ridículo de la caída, tuvo los “cojons” de intentar perseguir a mis camaradas con una barra metálica en la mano (eso sí que es un claro intento de agresión hacia ellos). Pues bien, tengo que decirle que su sangre se altera en sentido equivocado. Vd. es español, es catalán y esa sangre es española y debería bullirle en el cuerpo cuando se ofende a España, a su Patria. Una pena que no sea así. Yo en su caso reflexionaría y asumiría en todo su esplendor y grandeza la frase coreada por mis camaradas mientras desplegaban la bandera de España “NO NOS ENGAÑAN, CATALUÑA ES ESPAÑA”.

Sr. Sánchez Libre no nos engañe, no se engañe porque ”Somos españoles, que es una de las pocas cosas serias que se puede ser en el mundo”.

E.P.