Qué dura es la vida para las buenas personas que hacen que todavía, aunque con mucha menor intensidad y generosidad, podamos decir “vale la pena hacer el bien para que la vida nos devuelva el bien”, es decir que exista la “buena gente”.
Me encuentro hoy con el hecho de que después de que el día 21 de noviembre del 2011, los camaradas “Edu” y “Regui” o viceversa, ya que ninguno de ellos tuvo un mayor protagonismo que el otro, estudiante uno y parado el otro, cuando estos dos activistas de La Falange y sin importarles las consecuencias, tanto económicas como procesales que les pudieran acarrear, decidieron mostrar su rechazo a la exhumación de cuerpos que con total secretismo y con nocturnidad había llevado a cabo la Vicepresidenta del Gobierno, la socialista Fernández de la Vega, con la acción de desplegar una pancarta, mejor diría, la “gran pancarta”, en la explanada de la escolanía de la Basílica del Valle de los Caídos denunciando que “el PSOE profana tumbas”, y tras haber tenido que sortear muchos obstáculos, entre otros ocultar la misma a los miembros de la Guardia Civil que habían preparado un dispositivo impresionante, con un coronel al mando, con innumerables agentes uniformados y de paisano, dotados de todo tipo de medios y vehículos. Operativo ideado para que los patriotas de Falange, al igual que ya lo habían hecho en los dos años anteriores, no pudieran burlar ese despliegue y proclamaran lo que para el resto de los españoles viene reconocido y protegido por el derecho constitucional de la libertad de expresión y que como he comprobado por el solo hecho de ser falangistas no gozamos del mismo. Pero a pesar de tan impresionante exhibición de medios, no pudieron con la tenacidad, la audacia, la perseverancia, el riesgo, la serenidad esperando el momento oportuno, el no caer en el desaliento por el hecho de tener que superar distintas barreras físicas y la incomprensión de muchos de los asistentes al acto religioso que se estaba celebrando en esos momentos. Nuestros camaradas, sabiendo a ciencia cierta que tras sustituir un destartalado candado por otro nuevo y cerrar la puerta de la verja del balcón de la escolanía, no tenían escapatoria posible y que iban a ser detenidos, como así fue, a pesar de lo cual no escatimaron ningún esfuerzo y sacrificio para realizar su gesta, demostrando su alto grado de compromiso y entusiasmo.
Por esta y otras muchas cualidades que me han demostrado y transmitido con su trato día a día, como abogado, me siento orgulloso de encargarme de su defensa y dirección jurídica y me han aportado no solo una de las mejores y memorables satisfacciones que el ejercicio de mi profesión me ha proporcionado, sino además, sin duda, el hecho de haberlos conocido, que en sí, es una experiencia sin igual, que me ha enriquecido y hecho crecer como español, como falangista y como hombre. Qué diferencia entre estos dos camaradas y aquellos otros falangistas de “cafetín”, que no militan en ninguna organización y mucho menos pagan o satisfacen cuotas, presentándose como sempiternos ideólogos y “todo poderosos” adoctrinadores, con intervenciones y actuaciones propias de los personajes de un sainete, que pretenden darnos lecciones afirmando incluso que nuestros primeros camaradas que dieron lo más preciado de si, como es su vida, entre los que sin duda alguna destaca por su entrega y sacrificio el camarada Ramiro Ledesma Ramos, fundador de la Falange Española de las J.O.N.S, con el carnet de afiliado nº 1 y miembro del primer triunvirato, del que estos llegan a decir “que no era un falangista” o aquellos otros que sin ningún tipo de legitimación, así lo ha reconocido el Tribunal Supremo, pretenden utilizar de forma exclusiva y excluyente para cualquiera que no siga sus ordenes y directrices, ni más ni menos que los símbolos y emblemas comunes pertenecientes a todos los falangistas, como son la bandera bicolor y el yugo y las flechas. A todos estos, por infames e indignos contestatarios hay que aplicarles la forma de ejecución de las penas que adoptaron los emperadores romanos, los cuales durante los juegos que celebraban en el coliseo con los que obsequiaban a los ciudadanos y siempre a la hora del mediodía, ajusticiaban a individuos como estos por lamentables impenitentes y desalmados, arrojándolos sin ningún tipo de compasión al coso de los leones, para que fueran devorados y sirvieran de escarmiento público.
Pero volviendo a “Regui” y “Edu”, estos dos camaradas de verdad, falangistas sin complejos, que tras ser detenidos y retenidos durante más de tres horas por la Guardia Civil, con la complicidad del director y miembros de la escolanía, en sus dependencias y habitaciones, fueron sometidos a interrogatorios y les impidieron durante ese tiempo recibir asistencia letrada, siendo procesados por el Juzgado de 1ª Instancia nº 2 de San Lorenzo de El Escorial por una falta de desordenes públicos y otra falta de daños de las que resultaron absueltos, a pesar de lo cual fueron sancionados por la delegación del gobierno, que en aquel entonces se encontraba al frente de la misma la socialista María Amparo Valcárcel, con una sanción de 3.000 € a cada uno de ellos, contra la que se interpuso recurso de alzada ante Rubalcaba, que era el Ministro del Interior, sin que recayera resolución sobre el mismo, y a pesar de la interposición de dos recursos contencioso administrativo ante los juzgados de esta jurisdicción en Madrid y, antes de que se resolviera sobre adopción de la medida cautelar de suspensión de la ejecución del acto administrativo, la agencia tributaria siguiendo instrucciones de la actual delegada del gobierno, Cristina Cifuentes del Partido Popular, siguiendo en todo momento una clara estrategia coercitiva, caracterizada por emplear el método de acoso y estrangulamiento económico dirigida a silenciar y amedrentar a los falangistas mediante la imposición de continuas y constantes multas administrativas, proceden a embargar por el importe del principal de la sanción más el veinte por ciento en concepto de recargo de apremio, a uno de ellos, el saldo de las cuentas corrientes donde tenía depositados sus ahorros para poder sufragarse los estudios de posgraduado, impidiéndole de esta forma que continuara con ellos y al otro, embargándole los ingresos que por su trabajo de mensajería percibe, el cual había encontrado tras años de estar en el desempleo. Tras distintos recursos e innumerables escritos ante el Juzgado Contencioso Administrativo y la dependencia regional de recaudación de la agencia tributaria conseguimos que a “Edu” se paralizara la diligencia de embargo, para lo cual La Falange presento un aval bancario y para “Regui” a espera de lo que decida el juzgado, le han concedido un aplazamiento en el pago del principal de la sanción mas el recargo por apremio, cantidades que La Falange nuevamente se ha comprometido en satisfacer.
A estos funcionarios y políticos mediocres, que a pesar de ser en su mayor parte descendientes de aquellos que ganaron la guerra y que tanto agradecimiento deben tanto a la Falange como al estado nacido de la victoria en la contienda, por el contrario manifiestan un profundo sentimiento de rencor y odio hacia nosotros, no perdiendo la oportunidad para atacarnos y descalificarnos, por lo que junto a esos seudo intelectuales autodenominados falangistas y aquellos otros melancólicos de derechas a los que me he referido en un principio, todos juntos, “a los leones”.
Aprovecho estas líneas para que toda esa buena gente que aún queda, ayude dentro de sus posibilidades, con cualquier aportación económica para sufragar el pago de las sanciones administrativas y los recargos de apremio impuestos a los patriotas y activistas de La Falange, que en sus actos llevan siempre presente el ideario de la Patria, el Pan y la Justicia, y que no persiguen otra cosa que la Revolución Nacional Sindicalista que nuestra nación necesita y que aún está pendiente.
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