Como en años anteriores, el pasado lunes se celebró el Acto de Homenaje a los Caídos en el Cuartel de la Montaña de Madrid, cuyo asesinato tuvo lugar en aquel ya lejano mes de julio de 1936.
La Hermandad Nacional de la Vieja Guardia y La Falange (FE), organizan con cariño y mimo este reconocimiento a quienes entregaron su vida por una España mejor, y por eso entre los presentes, se encontraban el Presidente de la Hdad. de la Vieja Guardia, Carlos Batres y el Jefe Nacional de La Falange (FE), Manuel Andrino.
El encargado de presentar el acto fue el Jefe Territorial de La Falange (FE) de Madrid, Miguel Valenciano que, después de agradecer la asistencia, -nada fácil por las fechas-, de los allí presentes, presentó a los distintos camaradas que tomaron la palabra.
En primer lugar se depositó una corona de laurel frente al monumento que recuerda a los que allí cayeron y las tradicionales cinco rosas por los Caídos de La Falange.
El camarada Ángel Calvo fue el encargado, una vez más, de leer con la solemnidad que se merece, la Oración por los Caídos y ceder la palabra al camarada Carlos Batres que justificó la actitud de los nuestros aquel 18 de Julio y su disposición a defender la Patria con armas en mano.
Por parte de la Delegación Nacional de Comunicación, el camarada Germán Sánchez, hizo un breve repaso a lo que realmente sucedió en aquellos días, y de cómo La Falange entregó lo mejor, la vida de su Primera Línea, luchando junto a los militares que defendían el Cuartel. Destacó el hecho de que, una vez tomado el acuartelamiento por las hordas rojas, se asesinó de forma indiscriminada a todo aquél que encontraron a su paso, dando igual que estuvieran desarmados y atados, en una muestra de lo que iba a ser a partir de entonces el ejemplo de justicia republicana.
En último lugar, nuestro Secretario Nacional de Asuntos Jurídicos, el camarada Félix Salmerón, analizó los paralelismos entre la situación que por entonces se vivía en España y en la que nos encontramos ahora, con el desafío separatista campando a sus anchas, con una injusticia más que evidente, con una corrupción generalizada que abarca desde la Monarquía hasta el último ayuntamiento, y con una pérdida de identidad como nación que nos lleva de forma irremediable al desastre.
Con el canto de el Cara al Sol, iniciado por el Presidente de la Hermandad de la Vieja Guardia, se dio por terminado el acto.