La Falange, año tras año y pese a todas las dificultades imaginables, no ha dejado de acudir a homenajear a nuestro fundador con los honores que se merece.
Acto político donde nació José Antonio, manifestación en Madrid, marcha hasta el Valle, guardia en su tumba y Santa Misa: Así eran nuestros 20-N hasta que en el 2008 pasamos a ser proscritos.
Desde entonces, somos los únicos a los que se nos prohíbe homenajear a nuestro fundador donde descansan sus restos: Un hombre incómodo para las mentiras históricas que este Sistema intenta imponer. Un hombre que abandonó toda comodidad para servir a España y hacer de la Justicia Social la bandera por la que trabajaría toda su Falange. Un hombre encarcelado injustamente por el criminal gobierno del Frente Popular y fusilado en Alicante una fría madrugada de noviembre; Asesinado por el odio de una izquierda que no entiende a los que, por encima de nuestras vidas tenemos los ideales de Patria y Justicia.
Ante el atropello que suponía la ley de memoria histórica de Zapatero – a sabiendas que sólo era el comienzo de intentar acabar con todo el Valle de los Caídos, profanar sus tumbas, expulsar a los monjes e imponer un relato histórico falso a las siguientes generaciones- hemos seguido acudiendo, protestando y marchando desde Madrid al Valle, hasta las puertas que la Guardia Civil custodia para impedirnos rezar a un asesinado y gritar un sentido ¡¡¡PRESENTE!!!
PPs y PSOEs, delegaciones del Gobierno, leyes de mentiras históricas, jornadas electorales y hasta problemas de seguridad vial; Toda treta legal o ilegal parece que está justificada para evitar en los 20-N la presencia falangista en las calles. Ya en 2010 nos prohibieron la marcha, pero allí estuvimos.
Siguen sin entender nada sobre el falangismo y sobre esta parte de españoles que resistimos en defensa de la Verdad. Tendrán que aprender que estamos más que dispuestos a cumplir con nuestros juramentos con todas las consecuencias.
Pese a todo(s) y sin faltar ningún año, seguimos demostrado que nuestra voluntad es inquebrantable y lo seguirá siendo.
Bienvenidos todos aquellos que hoy alzan la voz en defensa del Valle: Es un lugar sagrado, de culto, católico, monumento de reconciliación y donde descansan juntos muchos de los que dieron sus propias vidas por una España mejor, sin importar el bando. Bien merecen todos ellos que impidamos que el Gobierno profane el Valle de los Caídos.