Voy a ser claro y fuerte ya que creo necesario que alguien lo sea.
A la llamada “Memoria Histórica”, debiéramos suprimirla con la firmeza y coraje de la Ley.
Han de ser los herederos de los mártires de la Guerra de Liberación los que principalmente debieran de responsabilizarse de ello. Ya está bien de ser pusilánimes y apocados… y ciertamente sois muchos los que estáis siéndolo repulsivamente.
Aquellos huérfanos de la guerra que accedíais con beneficio de ingreso en la Academia General Militar, tenéis la obligación de luchar para vencer a los que están escupiendo en la tumba de vuestros padres y acabar con esa memoria histórica que los retrata como cómplices de un holocausto franquista que nunca existió.
¡Tened cuidado! el “enemigo” sabe que una mentira dicha cien veces, puede convertirse en una aparente verdad.
Como ejemplo de ello está la actual Cataluña; Niños, a los cuales durante 30 años les han estado inculcando mentiras tras mentiras con aversión, se han convertido en los independentistas de hoy y del mañana, odiando a la Madre Patria, que sólo ha cometido el yerro de privilegiar a Cataluña más que a las otras regiones españolas.
En la Causa General -que recomiendo su consulta- y en las relaciones de víctimas del marxismo que publicó, pueblo por pueblo, el General Casas de La Vega, en su obra Masacre (2006), están todos los mártires de la II República, que son decenas de millares; supongo que todos ellos tendrán hijos y nietos que aún vivan, los cuales, en su mayoría no han cumplido con el sagrado deber de defender su memoria. Defensa que es hoy en día mas necesaria que nunca; ya que esa llamada Memoria Histórica está exaltando a sus criminales. Asesinos que no sólo deseaban exterminarlos sino que gozaron martirizándolos, con las más refinadas torturas… a algunos les arrancaron los ojos en vida, a otros les seccionaron los testículos, a mujeres embarazadas les abrieron el vientre en vida para matar también al hijo de sus entrañas; otros fueron empalados; otros emparedados y otros fusilados delante de sus padres para que sufrieran contemplando sus torturas… etc. Pues esos fueron vuestros padres o vuestros abuelos. Estos son los predecesores de los marxistas que hoy asustan a las derechas… escupen sobre sus tumbas … y vosotros estáis aceptándolo ¡Qué vergüenza!
Si queréis podemos ahondar más en esa vergüenza… Muchos de vosotros sois del PP, que es la derecha actual, o lo votáis. Sabiendo a ciencia cierta que protegen la memoria histórica; ante cuyo nombre se remueven en sus tumbas vuestros familiares caídos.
La Iglesia militante igual que el Ejército también tienen su culpa en este desatino que estamos soportando y encubriendo.
Los sacerdotes deben defender la memoria de sus más de 10.000 mártires y proclamarlo con orgullo… No que tienen que venir a defenderlos, con claridad elocuente, el Cardenal Prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano en la proclamación solemne y gloriosa de su santidad, en la defensa heroica de la fe dada en la persecución mas cruenta de la historia de la Iglesia, según confirma la Santa Sede.
No tiene perdón que los días 20 de noviembre de cada año, los fieles nos encontremos con la negativa de párrocos y sacerdotes a aplicar la celebración de la Santa Misa por el alma de Francisco Franco y de José Antonio (C.I.C. 945 &2, 213, 221), católicos ejemplares, hijos de la iglesia hasta el fin de sus días, que defendieron el Evangelio como no se defendía desde Isabel la Católica. Siendo un derecho de los fieles el impetrar la celebración de la Eucaristía por los difuntos a la Iglesia. He de decir para vergüenza de la Conferencia Episcopal Española y de sus componentes, que hay lugares de España donde no se permite una misa por sus almas. ¡Qué afrenta a los difuntos y sus familias! ¡Y el Ejercito! incluyéndome en él como miembro de la Guardia Civil. El Ejército ha consentido toda esta infamia y ultraje aceptando con silencio humillante esta abominación escandalosa.
Sus héroes anulados y mancillados, estando prohibido pronunciar sus nombres… Llegando a silenciar su memoria en las efemérides de los cuarteles. Del escalafón de la Guardia Civil están borrados el General Franco (B.O.E 5 de Diciembre 1975) y el héroe del Santuario de la Virgen de la Cabeza, el Capitán Cortés, cuando esa gesta fue admirada hasta por los republicanos sitiadores, los cuales quedaron asombrados cuando comprobaron el exiguo contingente de guardias civiles que había resistido heroicamente durante tanto tiempo… Pues se han anulado sus nombres, como también los de Alcázar de Toledo, los de la División Azul, cuya valentía asombraron a los mandos alemanes e incluso a los soviéticos.
Los Caballeros de la Cruz Laureada de San Fernando (la más grande y preciada condecoración militar del Reino de España) han sido retirados del museo del Ejército… que más bien parece, hoy día, el museo de una ONG.
Los héroes eliminados de las calles y sustituidos por asesinos declarados como Carrillo, Azaña, Largo Caballero, La Pasionaria, etc. Y ahora quieren proponer un proyecto ley que penará a los que tengamos en nuestros domicilios imágenes del Caudillo o de aquellos que sirvieron a España con fidelidad e integridad absoluta ¡Qué democracia y libertad están construyendo estos marxistas con la aparente complicidad de la derecha repugnantemente cobarde!
Con esta desvergüenza hay que acabar ¡ya! y es a vosotros y vosotras, que también en esto contáis en completa igualdad, a los que acabo de reprochar vuestro silencio y apatía que se torna en absoluta cobardía, los que tenéis que luchar por apartar estas leyes de la Legislación española.
Esa ley de memoria histórica es totalmente anticonstitucional (Art. 14, 16 y 20) porque no trata a todos los españoles por igual. Sólo defiende a un ideología (el marxismo), despreciando a todos los del bando nacional, por ello es al Tribunal Constitucional al que hay que acudir todos y cada de nosotros, individualmente o en grupos, pidiendo justicia.
Que vuestros muertos, los mártires de la Iglesia y del Ejército tengan la alcurnia que les corresponde… ya que nosotros hemos contribuido a que se lo arrebaten con nuestra pusilanimidad, amilanamiento y cobardía. Por eso os digo (y no soy ningún visionario) tenéis que cumplir con vuestro deber, manifestándolo públicamente en las calles, si ello fuese necesario… en defensa de nuestros muertos, ellos están demandándolo.
¡Viva España y sus héroes!
Publicado en www.sierranortedigital.com