El día 9 de Noviembre será recordado por los fieles españoles como el día de la infamia, la traición, la desobediencia, la ilegalidad y la dejadez. Sin embargo la Jefatura del gobierno, el Poder Judicial, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el Ejército, no han sido capaces de responder al desafío impuesto a nuestra patria, que podemos decir sin reparos, ha sido el más grave sufrido desde hace más de 70 años y los que quedan por venir. La inacción de todos estos sujetos en sus más altas instancias podrían ser calificados como silencios clamorosos, pero hay uno en especial, que se tercia inquietante y que está pasando desapercibido, quizás deliberadamente. ¿A qué espera el Jefe del Estado Felipe de Borbón, a salir a la palestra ante los acontecimientos que se están sucediendo?

Si miramos en los buscadores sorprende destaque que lo más cercano en su agenda haya sido una cena nocturna con amigos y una reunión con embajadores (en realidad, la cena noctura no sorprende viniendo de la familia que viene). Ni una declaración, ni un gesto, ni una acción supuestamente dirigida a los españoles de bien, que están preocupados con la desintegración de su Patria. Nada. Habría que entonces empezar a preguntarse a qué son debidos estos estruendosos silencios. Quizás haya al igual que en otras ocasiones, cuando la corona estaba en entredicho como en Febrero de 1981, un plan para resurgir la Monarquía ahora que está en sus horas más bajas. No extrañe que aprovechando la debilidad del Gobierno y del Estado, desde Zarzuela se esté esperando un paso en falso de la Generalidad de Cataluña, para hacer surgir de nuevo omnipotente la figura del actual monarca como salvador de la patria. Sabemos que no es la primera vez aunque todavía haya algún ingenuo que crea que a Juan Carlos de Borbón le pilló por sorpresa el golpe del 23-F. Estamos viendo además que la postura de los socios del gobierno de Arturo Mas, entre ellos, el del máximo responsable de ese partido político sedicioso llamado Esquerra Republicana, donde se auspician los terroristas de Terra Lliure, se está radicalizando y en las ruedas de prensa ya hablan de declaraciones unilaterales de independencia o elecciones plebiscitarias. Si a ello le unimos la dejadez de los anteriormente citados, estamos viendo un caldo de cultivo para una situación verdaderamente grave, en la que los enemigos de España en plena orgía separatista, puedan actuar al margen de la ley pero no como ahora, sino como en ocasiones pasadas más graves. Por lo tanto, es más que probable haya detrás un nuevo plan de esta Monarquía que se encuentra en sus horas más bajas, para quedar como salvaguardas de la Patria. No nos extrañe.

Al final, la Monarquía española estará como siempre velando por sus intereses que son vivir eternamente en la Jefatura del Estado aunque tenga que ver arrastrado el honor de España y su integridad por los suelos.

S.N. Comunicación.