En su breve intervención en “El Gato al Agua”, Pedro Pablo Peña se vio ninguneado por los periodistas, llegando ello a su punto álgido. cuando enfrentándose a Anasagasti, -quien intervino vía telefónica-, definió al PNV como partido que había dado soporte, amparo y protección a los asesinos de ETA; Afirmación ante la que todo el mundo en el plató, se llevó las manos a la cabeza.
Fueron desacreditadas sus palabras por los votos que cosecha su formación, por parte de unos y ninguneadas yéndose a ver el fútbol, por parte del otro: Anasagasti, quien tras decir que algunos de los nuestros “eran como armarios” y que él se apartó y se fue contra la pared, consiguió el político vasco que todos le hicieran la pelota, hasta llegar al punto de exclamar al unísono, que era una pena que estuviera empatando el Athlétic, cómo si estuviera jugando contra un equipo extranjero, y no contra el Celta.
Pese a los quiebros, no consiguieron silenciar la voz firme de Pedro Pablo Peña, quien no dudó en subrayar que el PNV le ha dado balones de oxígeno a ETA siempre que lo ha necesitado y que si por ser senador de un partido legal, al igual que otros partidos se ven inmersos en escándalos de corrupción, por ejemplo, se tiene que mirar para otro lado y no llamar a las cosas por su nombre: ¿Será porque tienen representación parlamentariamente democrática? Es despreciable además, la manera en la que han defendido al partido que ha recogido siempre las nueces de ETA. Es más, nos congratulamos de que Pedro Pablo, haya sido el único en esa mesa de paniaguados del PP, que se haya mostrado en contra del PNV.
Se le ha acusado al acto de crear independentistas, cuando como bien expuso Peña, el independentismo se está alimentando desde hace más de 30 años con la connviencia del sistema.
Se le ha acusado sin datos de que miembros de su partido cometieran delitos.
E incluso a todos les ha llamado la atención que los patriotas fueran a cara descubierta, como si tuvieran que avergonzarse de algo, cuando a los que dicen responderán al acto, nadie les pone nombre y apellidos, de paso.
Le acusaron de justificar la violencia, a lo que Peña respondió alto y claro, que “un pueblo puede perderlo todo menos el aliento viril” y ya puestos, les recuerdaba lo rentable que la violencia le ha salido a ETA.
Como bien apuntara Peña: “El pueblo español acepta casos que no acepta ningún otro pueblo”, como el ultraje a su bandera, qué no pueda hablar su lengua en su patria, etc.
Pero la culpa del crecimiento del independentismo, será ahora de los patriotas que protestaron contra una celebración desvirtuada durante décadas: La de la Diada, el falseamiento histórico evidente que la convierte en excusa para sentirse Cataluña nación.
En el programa se alertó sobre los patriotas de este modo como colofón, son: “Una serpiente que todavía en España se puede controlar, pero que está invadiendo media Europa”.