No podemos decir que no nos alegremos, y mucho, de que Cristina Cifuentes, esté en el punto de mira del debate político de esta cochambre antes llamada España por formar parte de la corrupción generalizada que afecta a la derecha liberal y cainita del PP.
Y estamos muy pero que contentos de que esta «pájara» que ocupó el cargo de Delegada del Gobierno en Madrid, se vaya a «caer con todo el equipo», y los falangistas todavía nos acordamos de la manía persecutoria que engendró contra nosotros y la espuma y la baba que le salía por la boca cuando envió a todos sus perros de presa a detener a nuestros camaradas después de que limpiaran aquella cueva de ratas traidoras que pululaban por Blanquerna.
Y es que sus complejos, suponemos que derivados de una juventud «alocada» que tiene que esconder, hicieron que tuviera un especial afán persecutorio contra La Falange y que le llevaba a intentar prohibir todos nuestros actos mientras estuvo al frente de la Delegación del Gobierno.
Jamas nos asustó esta corrupta ni su corrupto partido, y menos sus complejos de «niña bien».