Entramos en la 4ª semana de confinamiento y siguen sin explicarnos el porqué se permitieron las manifestaciones del 8 de marzo, y el por qué no se prohibió cualquier tipo de concentración, acto o evento deportivo durante esa semana, que además fue decisiva para el contagio de cientos de miles de españoles, a pesar de contar con los indicios y con las alertas sanitarias que advertían de lo que estaba por llegar.

Se prolonga el Estado de Alarma y el Gobierno asume competencias que no le corresponden en esta situación, saltándose a la torera su puñetera legalidad constitucional, en virtud del seguidismo cobarde de la oposición, y de gran parte de este pueblo aborregado que antes fuera digno y orgulloso.

Nuestros enfermos siguen muriendo por centenares de una forma cruel e inhumana. Y sobre todo, aquellos mayores que levantaron este país después de la guerra civil y que conformaron esa clase media que nos llevó a ser la novena potencia mundial, justo antes de que este presunto sistema democrático trajera la ruina, el caos y la división entre españoles.

Lo más terrible, es que todos sabemos que si no hay suficiente dinero ni material sanitario, es porque este sistema repugnante, sólo se dedica a sostenerse y autoprotegerse, manteniendo a decenas de miles de políticos y de asesores inútiles a los que se les pagan sueldazos y dietas, mientras se triplican funcionarios y gastos en esos órganos corruptos e ineficaces llamados Comunidades Autónomas.

Menos aplausos desde los balcones, y más pedir responsabilidades a quienes nos han llevado a esta situación criminal. Este buenismo estúpido me recuerda mucho a lo de las manos blancas y aquello de “ETA escucha aquí está mi nuca”, con el resultado que todos conocemos de los terroristas en ayuntamientos, diputaciones y parlamentos, quitando y poniendo gobiernos de España.

Compatriotas: En esta Semana Santa que no vamos a poder celebrar como quisiéramos y como se merece, os pido recogimiento, Fe y esperanza.

#VolveráaReírLaPrimavera