Los pueblos que tienen conciencia nacional poseen capacidad para defenderse de los abusos de sus gobernantes, esas comunidades tienen un escudo protector ante la injusticia y es eso exactamente lo que nos está enseñando la revuelta de los chalecos amarillos en Francia.

El gobierno liberal y antinacional de Emmanuel Macron decidió asfixiar más a la clase media y trabajadora con un nuevo impuesto abusivo sobre los carburantes. Dos camioneros, de esos que se gana la vida con muchísimos sacrificios comenzaron un llamamiento popular de protesta. Y el pueblo francés, el de verdad, el que con el sudor diario se gana no sólo su sustento y el de su familia sino que mantiene a toda la casta de políticos y sufre la invasión de extranjeros, tomó masivamente las calles. París se ha convertido una marea de chalecos amarillos, dispuestos a vencer la injusticia sin diferencias de partido, sindicato, clase o secta.

Lo han hecho con banderas de Francia, cantando su himno nacional, aguantando los porrazos de los gendarmes, a los infiltrados antifascistas, las detenciones, los heridos y tomando el Arco del Triunfo. ¡Qué ejemplo de comunidad nacional!¡Qué envidia!

Francia tiene no sólo un escudo sino también una espada contra los abusos del poder pese a los intentos de los globalizadores de acabar con las Patrias para tener súbditos más dóciles.

Los Europeos cada vez son más conscientes del engaño liberal y se rebelan contra este proceso de esclavitud recuperando el sentimiento patriótico y volviendo a abrazar nuestra cultura, tradición y Fe.

¿Y en España? Algunos llevamos clamando en el desierto más de 40 años, de momento sin resultados tan visibles. Pero sólo, de momento, es cuestión de tiempo y sacrificio.

#VuelveAcreer

#SomosLaFalange