La izquierda radical continúa haciéndole el trabajo sucio al sistema.
No contentos con el atentado en la Basílica del Pilar, su regocijo delincuente y sus malas intenciones prosiguen.
Mientras los politicastros siguen arruinando y rompiendo España, sus cachorros apátridas, disfrutan impunemente con su vandalismo contra el patrimonio español.
Y alardean de ello en nuestras calles y en las redes sociales, a sabiendas de que son los consentidos de un poder bastardo, cuya condena a sus fechorías, se limita a cuatro palabras ante los medios de comunicación, para contentar con su hipocresía, a los que todavía les mantienen en sus poltronas.
Los falangistas condenamos rotundamente tanto las obras de estos salvajes, como la omisión del deber de socorro a lo poco que queda de nuestra Patria, de los que felices en su paraíso de parodia democráctica, consienten todo tipo de desmanes anti españoles.