Ayer por la tarde La Falange y sus juventudes del SEU y JFE se presentaron en la Puerta del Sol para plantar cara a los separatistas y comunistas que habían convocado una concentración de apoyo a los presos separatistas y las acciones terroristas que se están acometiendo estos días en Barcelona, donde el cáos y la anarquía al igual que en siniestras épocas anteriores, es amparado por el Gobierno de la Generalidad con su presidente a la cabeza, ese Quim Torra que presume de ser una raza superior, que no puede superar con esa cara de “retardad” profundo, al más puro estilo endogámico que también se puede apreciar en ciertos sujetos de sus hermanitos “borrokas”.
Quizás ha llegado la hora de mostrarse en la calle como a un español se le espera, sin ambages y sin ningún tipo de contención, ya que la coyuntura así lo requiere. Por eso ayer llegó el momento de no permitir una vez más en las calles de la Capital de España demostraciones como las que pudimos ver en Sol, con toda la piara antiespañola reunida como si de un aquelarre se tratara. Sin embargo, a pesar de estar dispuestos a todo y con una gran parte de la ciudadanía más que cabreada y con ganas de que alguien muestre aunque sea un poco de contundencia ante este desafío, nos encontramos con la ya esperada defensa de la Policía Nacional, que no dudó un instante en defender a aquellos que les ponen en aprieto una y otra vez, demostrando que son parte del sistema y por supuesto, un enemigo más dentro de esta cadena que conforman los enemigos de España. La contundencia demostrada con los falangistas y patriotas y la benevolencia con los enemigos de España, es una vergüenza que todos deberían siempre tener en cuenta a la hora de mostrarles su apoyo, como en las concentraciones de JUSAPOL y otras. Pero no se quedan solos, ese ejército bochornoso (sobre todo La Legión) no se salva de la quema, permitiendo la vergüenza de que unos de sus máximos baluartes sea profanado con deshonor, vejación y menosprecio.
A pesar de este y otros impedimentos para ejercer nuestra defensa más férrea de España, no vamos a cejar en nuestro empeño de seguir saliendo a las calles allá donde nuestra Patria lo necesite. Animamos por supuesto, a que todos los españoles se dejen de anteriores desavenencias y comprendan que este es un momento en el que todos debemos atenernos a lo importante, en este caso, la defensa a ultranza de España. Por nuestros antepasados y el futuro de los nuestros, acude a cuantos llamamientos se ejerzan a partir de ahora. Es ahora nuestro momento.
