En la mañana del día 1 de noviembre, en el Cementerio de los Mártires de Aravaca, militantes y amigos de La Falange rindieron un emotivo homenaje a Ramiro Ledesma Ramos, padre del Nacional-Sindicalismo y fundador de las JONS.

3Después de la Misa de Campaña organizada por la Hermandad de Mártires de Aravaca, comenzó el acto presidido por el Presidente de la Hermandad de la Vieja Guardia, Carlos Batres y por Manuel Andrino, Jefe Nacional de La Falange.

En primer lugar, se procedió a realizar la ofrenda floral, siendo depositadas cinco rosas en el Altar Mayor. A continuación, se leyó la Oración a los Caídos de la Falange por parte del camarada Germán Sánchez, dónde al finalizar presentó al Secretario Nacional de Comunicación e Imagen, camarada Sergio Reguilón, regalándonos a todos los presentes, un sincero, emotivo y sentido discurso de lucha y compromiso.

Para finalizar el acto se cantó el Cara al Sol, el himno de la Falange.

Gracias a todos los que acompañasteis a La Falange en éste nuevo homenaje a uno de los hombres que dieron todo por aquello en que creían… el pan, la patria y la justicia para todos los españoles y la Revolución Nacional-Sindicalista.

Discurso del camarada Sergio Reguilón:

CAMARADAS

Es para mí un orgullo, que vosotros que sois de los que más he aprendido en estos años, me hayáis confiado el gran honor de ofrecer unas breves, y sencillas palabras, a la memoria del fundador de nuestra ideología y que para mí, ha sido desde que he formado parte de esta santa hermandad, uno de mis máximos referentes e inspiradores. Un hombre que no olvidemos, es carnet número 1 de Falange Española de las JONS, y que vivió y murió hasta el último aliento, envuelto en la bandera de la pólvora y la sangre que él mismo creó. Me refiero por supuesto, a nuestro camarada Ramiro Ledesma Ramos.

Hablar de sus innumerables condiciones; su capacidad intelectual, su entrega, su rechazo a una vida acomodada, su voluntad de acción frente a la grandilocuencia intelectual…es algo que todos los años cuando llegan estas fechas, solemos hacer. Por eso camaradas, me vais a permitir en este acto que no hable más de su vida y muerte, que si no es ya bastante conocida por todos, sus numerosas obras biográficas están a disposición en nuestras bibliotecas fundamentales para esclarecer cualquier duda.

Me gustaría con todos vosotros eso sí, hacer algo que yo siempre realizo cuando me encuentro junto a los restos de nuestros fundadores, como es este caso, y te enfrentas al momento de dar novedades. Me gustaría que todos hiciéramos una serie de reflexiones.

Lo primero: ¿Estaría orgulloso de nosotros?

¿Hemos dado todo lo que podríamos dar para la consecución de nuestros objetivos?

¿Estaríamos dispuestos a sacrificar todo lo que tenemos en pro de España y su Revolución Nacional-Sindicalista?

¿Hasta dónde llegaríamos para hacer nuestra revolución?

Preguntas muy difíciles sobre todo, para los que creen estar en posesión de la pureza doctrinal, pero que a la hora de la verdad no son capaces de llegar más allá de lo que ofrece la comodidad de sus hogares. O para los que creen que cumplen de sobra con sus expectativas como militantes, permitiéndose el lujo de dejar sus responsabilidades en carga a otros.

Camaradas, en estos momentos, cuando la patria ha sido desafiada incluso en el Congreso de los Diputados, y nuestro pueblo se sumerge cada vez más en una crisis sin salida, los falangistas que nos suponemos la punta de lanza del espíritu de nuestra patria, no podemos flojear de ninguna de las maneras, justo cuando más se nos necesita. Ahora tenemos una oportunidad de oro para salir del ostracismo y demostrar junto a camaradas de otras organizaciones, que somos lo que los españoles de bien esperan de un falangista. Un falangista no puede ser perfecto, nadie lo es, pero qué duda cabe, que cuando suenan tambores de guerra y la patria es amenazada, un falangista lo mínimo que se le debe exigir es que esté en primera línea del frente y en ese momento ay! amigo, más vale que estés con nosotros que contra nosotros, porque no dudaremos en defender la patria hasta la última gota de nuestra sangre.

Y no digo ninguna barbaridad, muchos de nosotros aparte de hacer el juramento falangista, juramos bandera en el servicio militar donde todos con un fusil en nuestras manos, invocamos al juramento de defensa de la patria. Algunos políticos y periodistas, se llevan las manos a la cabeza cuando declaramos defender la patria llegado el momento, con las armas, pero para tranquilidad de estos, habría que explicarles que hasta incluso en esta asquerosa Constitución de la que nosotros renegamos, viene recogido en su artículo 30 este derecho que transcribo de manera literal: Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España. Por lo tanto, señores diputados, señores fiscales, señores periodistas, no se equivoquen, no somos delincuentes, ejercimos nuestro derecho a la defensa de la patria en el aquelarre separatista de la librería Blanquerna, y lo volveríamos a hacer. En todo caso, delincuentes ustedes, que día sí y día también, ofenden a la patria, dejan en libertad a terroristas, dejan quemar banderas españolas con total impunidad, dan chivatazos a ETA, despojan el dinero de los ayuntamientos, estafan a los pensionistas con las preferentes, etc., etc.

Camaradas, no quisiera extenderme más y volviendo a las reflexiones que os he pedido que hagamos juntos, exigiros a vosotros mismos más si cabe en la tarea que nos ocupa. No desfallezcáis, es nuestra gran oportunidad, nuestro momento. Os aseguro que Ramiro, allá donde esté nos lo está demandando.

Camaradas, gritar conmigo:

CAMARADA RAMIRO LEDESMA RAMOS

¡¡PRESENTE!!

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