Fue en un 24 de Julio de 1936 cuando el ideológo Nacionalsindicalista, Onésimo Redondo Ortega, culminaba toda una vida revolucionaria en un enfrentamiento directo con una partida anarquista en el pueblo segoviano de Labajos. A los pocos días del Alzamiento, fue el primero de nuestros fundadores en serle arrebatada su vida. Tenía tan solo, 31 años.
Por este motivo, la Hermandad de Vieja Guardia, FE de las JONS y La Falange realizamos unidos el merecido homenaje a quién encarnó pensamiento y acción hasta el último aliento de su vida para llevar Patria y Justicia a una España gravemente amenazada.
En Valladolid, donde descansan sus restos, se realizó el primero de los homenajes: Cinco rosas, una corona, la oración a los Caídos, discursos de Norberto Pico, Jefe Nacional de FE de las JONS y Carlos Batres, presidente de Vieja Guardia en un sobrío y emotivo acto que concluyó con nuestro himno de amor y guerra y unos atronadores ¡PRESENTE!
Acto seguido nos desplazamos a Labajos,
lugar donde las balas de la antiespaña acababan con la vida de Onésimo, para realizar el segundo de los homenajes. En su monumento, mismo acto solemne con el discurso, en esta ocasión, de nuestro Jefe Nacional, Manuel Andrino.
El mayor patrimonio y del que más orgulloso nos sentimos son nuestros Caídos. Por ello tenemos la obligación de recordarles; su ejemplo fortalece nuestra lucha diaria.