A estas alturas, nadie duda que la inmigración ilegal ha sido alentada desde hace más de 20 años por políticos de toda índole, ya fueran de izquierdas o derechas. A principios de los 90 llegaban las primeras pateras a las costas españolas. Era algo casi anecdótico, unos cuantos “moros” querían cruzar el estrecho para buscarse la vida en la península trabajando de manera irregular. Hoy lo que antes resultaba insignificante se ha transformado en un problema de grandes dimensiones no solo para España, sino para toda Europa. Sin embargo, excepto algunos gobiernos euroescépticos como Austria, Polonia y recientemente Italia, los liberales y neomarxistas que enfrentan este aprieto de una manera contraria a los intereses de la clase media trabajadora y la seguridad de los estados, hacen llamamientos para que estos flujos migratorios sigan llegando a Europa proporcionando además toda clase de coberturas pasando por encima incluso de las necesidades de los autóctonos más desamparados. La pregunta que habría que hacerse es ¿por qué?

En España, es fácil ver imágenes en las manifestaciones separatistas de Cataluña personas y personajes de países euroasiáticos y magrebíes apoyando la aniquilación de España. También hemos podido ver a la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la de Madrid Manuela Carmena alentando y apoyando a todos los senegaleses manteros que no pagan impuestos y perjudican a los comerciantes de estas ciudades. A su vez, los movimientos de extrema izquierda empiezan a mostrar su apoyo a los colectivos subsaharianos participando en revueltas como la del Barrio de Lavapiés en Madrid. En definitiva, vemos que el neomarxismo cultural y separatista se alinea con estos flujos migratorios. Todo esto con un claro objetivo: precarizar la identidad española mediante la llegada masiva de inmigrantes y que estos se posicionen como arma arrojadiza contra España y el Estado. Algo parecido a lo que está sucediendo de manera alarmante en Francia.

Luego están los liberales. Socialistas y populares alientan la llegada de inmigrantes ilegales también pero con otros objetivos: precarizar el trabajo y la mano de obra, explotar a trabajadores nacionales y extranjeros y así aumentar los beneficios de las empresas y arcas estatales. Esto es algo que se viene sabiendo desde los tiempos de bonanza económica, cuando los gobiernos de Aznar y Zapatero realizaron sendos efectos llamada con la consiguiente precarización del trabajo. También se llenaron los bolsillos de los políticos que con la corrupción se lucraron de manera vergonzosa a espaldas de la ciudadanía. Las consecuencias de todo esto la estamos viendo ahora. Por ejemplo el sueldo más habitual en España no llega a los 1000 Euros netos, las jornadas de trabajo se disparan, el empleo más ofertado es el estacional, nuestros jóvenes más preparados se van a trabajar fuera de España, etc. Y todavía algunos gurús de la derecha hablan de la prosperidad que trae el liberalismo cuando nos ha traído la peor crisis desde la posguerra en España.

Ante esto, solo cabe una respuesta sensata y firme ante este sistema. La destrucción de la Clase Media es un hecho y los logros sociales conseguidos por falangistas desde el anterior régimen los están echando a perder entre unos y otros. Pero todo puede revertirse y crear una nueva esperanza, una nueva ilusión. La Coalición para las Europeas #euroescépticos2019 quiere ser el primer paso para cambiar esta situación. Ya devolvimos una vez la dignidad y el orgullo al trabajador español y podemos volver a hacerlo. #VuelveACreer.