Hace 20 años que España cedió su soberanía económica a la Unión Europea, entrando en la moneda única. Desde ese momento, España dejaba en manos ajenas la política monetaria del país. Tres años después, esa medida se haría más visible para los ciudadanos con la sustitución de las pesetas por el euro.
Los eurócratas, como veteranos estafadores, primero generaron confianza con beneficios inmediatos a los timados. España empezó a recibir subvenciones. Subvenciones por dejar de cultivar, de producir,… El euro se revalorizaba frente al dólar y nos creímos que nos igualaríamos a Alemania, Francia, … Pero el resultado ha sido tremendamente negativo, la tozudez de los hechos no hace más que destrozar cualquier campaña institucional que puedan realizar, como las que estamos sufriendo con este vigésimo aniversario.
La lógica ya nos advertía que la misma política monetaria no puede beneficiar a economías tan diferentes como la alemana, noruega, griega o española. Y se ha demostrado. Las diferencia entre naciones se han acrecentado y España ha quedado relegada al furgón de cola.
De ser una potencia mundial tanto industrial, como en agricultura, ganadería y pesca hemos pasado a ser un país de servicios para turistas europeos. Nuestros impuestos se han disparado, así como la deuda pública sobrepasando todo límite imaginable no hace tanto. Las pensiones están en peligro, los servicios públicos en caída libre, además de haber privatizado una larga lista de servicios básicos. Por no hablar de la tasa de paro, en especial de la juvenil muy superiores a la de los países que no tiene el euro.
Y en cuanto a la moneda los resultados son así de claros. Una inflación en los precios cercana al 50% mientras los sueldos apenas han subido un 15%.
Hace 20 años que los políticos españoles nos hicieron creer que no éramos capaces de dirigir nuestra economía, y el pueblo lo acabó asumiendo. Pero hoy, ese mismo pueblo empieza a ver tanto los resultados negativos de esa decisión como la necesidad de sustituir a aquellos políticos que sí han sido incapaces de gobernarnos económicamente por otros que SÍ crean en España.
Necesitamos recuperar nuestra moneda, para poder tomar las riendas de la política económica que más interese a España y no a Bruselas. Y por este motivo tan necesario, compartimos el camino de la coalición ADÑ para las próximas elecciones europeas. Hace 20 años entramos en la moneda única, hoy es necesario salir de ella.
