Mientras la España oficial permite que los separatistas campen por sus anchas en la capital, y mientras la mayoría de españolitos siguen de siesta inducida sin ninguna voluntad siquiera de defender nuestra integridad territorial, unos pocos falangistas acudieron a recibir a la dirigente de la CUP Mireia Boya en su visita al Tribunal Supremo.

La francesa Mireia Boya ha aprendido lo rentable que es defender la ruptura y el enfrentamiento entre hermanos sin ningún miramiento. Primero se destacó como militante separatista de «Occitania» que además de pretender romper Francia, aspiraba a arrancar el Valle de Arán de Cataluña (motivo por el que ha tenido que abandonar esta comarca). Ahora ha pasado a abrazar y dirigir el separatismo catalán más radical y violento. Esperemos que en breve siga su rentable carrera en algún rincón de suiza, enfrentando a sus regiones y nos deje tranquilos.

De momento, ella y los suyos hacen y deshacen según su antojo, viajan  con nuestros impuestos y son capaces de gritar proclamas terroristas en el mismo tribunal Supremo sin que nadie haga nada.

Bueno, no todos permanecen en cómplice silencio. Como siempre, los falangistas fuimos armados de nuestra bandera nacional para gritarles alto y claro que «separatismo es terrorismo».

España ni se vota ni se negocia: Se defiende.

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