En una manifestación y marcha más multitudinaria que en otros años, falangistas y simpatizantes marcharon por Madrid en un acto de homenaje, sí, pero también de activismo político dadas las circunstancias que atraviesa nuestra Patria. En estos tiempos que corren, el mejor homenaje que podemos hacer al fundador de La Falange, es convertir una efeméride como esta en un acto revolucionario en pro de la tan ansiada Justicia Social y la sagrada unidad de España, cada vez más puesta en duda por unos y por otros.
Como siempre, nos acompañaron delegaciones extranjeras de partidos políticos como el NPD o el Partido Nacionalista Francés y la asociación italoespañola ANCIS y la Asociación Roberto Farinacci de Cremona con sus líderes a la cabeza, como el presidente del PNF Ivan Banedetti, con el que nos une una amistad más que estrecha o el Eurodiputado del NPD Udo Voight, un ya viejo amigo de La Falange que tampoco ha querido perderse la ocasión de marchar con La Falange por las calles de Madrid.
El acto comenzó con los discursos de los representantes de las delegaciones extranjeras. Presentados por la camarada Begoña del Arco, tanto Udo Voight como Yvan Benedetti por este orden, lanzaron sus proclamas al aire contra la inmigración masiva e ilegal disfrazadas de refugiados, o contra el capitalismo exacerbado representado por Estados Unidos e Israel, que pretenden destruir la Europa de las Patrias con su globalización y multiculturalidad que se ha visto es un desastre para todas las naciones del “Viejo Continente”.
Después intervino Jesús Muñoz, Secretario Nacional de Comunicación de nuestro sindicato TNS, que interviene en diversas trincheras radiofónicas, en las que con su lenguaje fino y oportuno, deja en evidencia los representantes de este sistema corrupto, disgregador y separatista. Su intervención recordando que este sistema va a seguir empeñado en acabar con todo lo que signifique España, no pudo ser más oportuna ahora que siguen queriéndose cebar contra nuestros dirigentes, perseguidos en varias causas por defender lo que en otros países es normal, pero que aquí sigue considerándose cosas de “fascistas”.
Los discursos terminaron como no podía ser de otra manera, con el del Jefe Nacional de La Falange, Manuel Andrino, quien además de agradecer a todos su asistencia, apeló al auténtico sentimiento falangista y seguir creyendo que el Nacionalsindicalismo tiene mucho que decir en el futuro de esta sociedad. Con su intervención se cerró la primera parte del acto, que tras el Cara al Sol, dio comienzo la segunda parte del mismo, con una manifestación que recorrería las calles de Madrid desde Génova hasta Moncloa.
La manifestación que este año fue con una mayor participación de camaradas y simpatizantes, discurrió sin ningún tipo de incidente y siempre con el colorido de nuestras banderas, esas mismas que si fuera por el Ayuntamiento de Madrid, las quitaría de las calles de Madrid como muchos nombres ilustres que tiene pensado cambiar en las calles amparándose en esa Ley de Memoria Histórica que el PP prometió derrogar y que en un acto de sublime cobardía, la ha dejado permanecer en contra de una inmensa mayoría de españoles que no quieren volver a las venganzas colectivas de estos personajes metidos a concejales y alcaldes en Madrid. No faltó recordarlo al paso de la sede del PP en la Calle Génova, donde es más que habitual pronunciar unas cuantas dedicatorias al paso de nuestras manifestaciones.
Con todo ello se llegó sobre las 11 de la noche a la zona de Moncloa, de donde siempre parte la marcha que lleva la Corona hasta el Valle de los Caídos, donde se es depositada junto a las puertas del mismo. Una Marcha de la Corona, que tuvo una salida de Madrid entre antorchas y tambores, con el sentimiento que la ocasión merece. Los 7 relevos de los que consta la marcha transcurrieron sin ningún incidente, llegando a la Puerta del Valle sobre las 9 de la mañana. Allí como siempre después de depositar la corona y unas breves palabras de nuestro Jefe Nacional se cantó como siempre es habitual Cara al Sol, con lo cual se dio por terminada la Marcha, finalizando la larga jornada que empezó hacía 12 horas sin apenas descanso. Lo mejor de todo, la entrega y sacrificio de unos cuantos por unos ideales tan nobles como los de La Falange. Sin duda, el mejor patrimonio de La falange; sus militantes.