1.       España es el país europeo en que más incidencia política ha tenido el terrorismo desde principios del siglo XX. Más que en Rusia o en cualquier otro. El pistolerismo anarquista fue probablemente el factor más importante en el derrumbe de la liberal Restauración (hubo también un terrorismo socialista y atisbos de separatista). Luego, durante la república, los atentados anarquistas y socialistas fueron factores también muy importantes en la caída de la república. En el primer franquismo, el maquis comunista practicó esencialmente un terrorismo a gran escala, y también hubo atentados anarquistas y socialistas; pero en este caso fracasaron. Hacia el final del franquismo surgió el terrorismo separatista-socialista de la ETA, que ya desde la transición cobró fuerza espectacular, junto con el GRAPO y otros,  condicionando seriamente las políticas de los partidos, como he explicado en La Transición de cristal.

    2.      La causa mayor de esta incidencia del terrorismo, que ha hecho fracasar varias experiencias democráticas y ha llevado la actual a la situación de fallida, no han sido los atentados mismos, sino, en todos los casos,  las colaboraciones/complicidades de unos partidos, combinadas con la simple ineptitud de otros y de los gobiernos. Las complicidades venían de cierta idea de “hermandad” contra una enemigo común (contra la Restauración o el franquismo) o de afinidades ideológicas profundas, como en el caso del PSOE y el PNV con respecto a la ETA. La ineptitud de los gobiernos tuvo su excepción en el franquismo, que derrotó al maquis y habría eliminado a la ETA, muy cerca estuvo de ello, de no haber contado los asesinos con fuertes colaboraciones internas (clericales, sobre todo) y externas (Francia principalmente)

    3.      Importa ver cómo se desarrolló el problema de la ETA desde la transición. Para los partidos que intentaron la ruptura y fracasaron en el referéndum del 76, la ETA era un grupo “hermano”, y también para la derecha que se decía antifranquista. En consecuencia se pensó que la solución debía ser ante todo política, pasando por las negociaciones, las concesiones e incluso reformas en la Constitución. La ETA, por ello, era consciente de la debilidad política e ideológica de aquellos gobiernos, y de que eran sus atentados lo que los hacía débiles, así que persistió en ellos. Esto solo cambió cuando Aznar, por influjo de Mayor Oreja, decidió salvar y aplicar el estado de derecho mediante la solución simplemente policial. También se firmó un Pacto por las libertades y contra el terrorismo, para aislar a la ETA y combatirla eficazmente. Ese Pacto contra el Terrorismo fue traicionado desde el primer momento por el PSOE y boicoteado por el PNV y los separatistas catalanes. A pesar de ello, la política de Aznar, primera realmente democrática y respetuosa con el Estado de derecho, llevó a la ETA al borde de la ruina: por primera vez llegó a fracasar en todos sus atentados y su popularidad en Vascongadas bajó rápidamente. Un par de años más, y la ETA habría quedado reducida a la nada o a la situación del GRAPO.

    4.      Pero no hubo esos dos años. Tras las elecciones de 2004, signadas por la matanza de Atocha, lo que pasó fue la inversión abierta de la política anterior. En lugar de un pacto por las libertades y contra el terrorismo, se fue al Pacto con los Terroristas y contra las Libertades y el Estado de derecho. Maniobra en la que estuvieron juntos el gobierno socialista del PSOE, los separatistas de todos los colores, y finalmente el propio PP de Rajoy, como denuncié en su momento (2008 en LD: https://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/mas-eternidad-3403/ , y https://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/no-es-rajoy-pro-etarra-3407/). Mucho se ha especulado con la continuación de la política de Zapatero por Rajoy, como si fuera algo repentino: estaba claramente en marcha ya desde la oposición. Es fácil de explicar la política del PSOE: él y la ETA son partidos “hermanos” por cuanto comparten un 80% de ideología, son socialistas, antifranquistas viscerales, hispanófobos en diversas proporciones, adeptos a todas las modas progres, como LGTBI, etc. Les separan más bien cuestiones de oportunidad. Pero ¿y el PP de Rajoy? En este se trata  simplemente del oportunismo extremo del poder y el dinero (“la economía lo es todo”), con vaciamiento ideológico total. Puede, por tanto, hacer “cosas que os helarán la sangre”, parafraseando un dicho célebre.

    5.      La ETA necesitaba un largo tiempo para reponerse después de los golpes recibidos de Aznar, de modo que el “diálogo” le vino muy bien. Y las concesiones políticas, mejor. Ha podido convertirse en una potencia en Vascongadas y Navarra mientras mantiene al gobierno bajo la espada de Damocles de la posibilidad de nuevos atentados si intenta dar marcha atrás. Y en estas, llega de relevo el terrorismo islámico. La primera medida de los políticos es un nuevo pacto antiterrorista o antiyijadista, que en manos de una mafias políticas como las que dominan esta democracia fallida será poco más que papel higiénico.

    6.      Quizá pronto empiecen a ofrecer “diálogo” a los terroristas. De hecho ya lo hacen, engañando a la gente con consignas ficticias como que los terroristas son pocos y no tienen que ver con el islam, consignas que son un modo práctico y eficaz de apoyar a los yijadistas. Como se decía que la ETA no tenía que ver con los vascos:  tenía que ver con sus propios seguidores y con los del PNV , que eran muchos, e indirectamente con los socialistas, que les han hecho el juego, como también el gobierno de Aznar con el PNV. La yijad es una de las exigencias del islam, que divide a los humanos entre la casa de la guerra, los infieles, y la casa de la paz, el propio islam, que sin embargo nunca vivió en paz consigo mismo. Fomentar la inmigración islámica como se viene haciendo es otro modo muy eficaz de fomentar el terrorismo islámico, que actualmente se presenta como yijad, guerra santa. Y no debe olvidarse que para ellos España es Al Ándalus, mientras el PP, no solo el PSOE, han elevado a los altares al orate proislámico y antiespañol Blas Infante, a quien rinden honores cada año, adoptando para Andalucía su bandera islámica. No son nimiedades. Todos esos canallas merecerían estar en prisión, pero resulta que están en el poder, corrompiéndolo todo. En una democracia fallida, insisto.

    7.      Un problema añadido es la actitud de la UE, por medio de la OTAN, creando caos y guerra civil en los países musulmanes so pretexto de “democratizarlos”, con lo que dan un fuerte argumento al terrorismo. No olvidemos el 11-m, de transcendencia histórica en el país donde más influencia política ha tenido el terrorismo: entonces el atentado fue justificado por el PSOE, los separatistas y demás como una venganza por la intervención (que no fue bélica) de España en Irak, y de ahí el inmediato Pacto con los Terroristas contra las Libertades. Que no fue solo con la ETA, también con el terror islámico so capa de “alianza de civilizaciones” (¿alianza contra quién?)

    8. Partamos de esta evidencia: en España se utiliza de modo espurio la democracia contra la democracia y contra la propia unidad nacional. Y en ello participan los cuatro partidos “nacionales”, no digamos ya los separatistas. Entre todos nos conducen como borregos a la catástrofe, mientras convierten la política en una farsa de puro ilusionismo, en que la palabrería miserable de los políticos y periodistas impide ver a la mayoría los problemas reales. Salir de ahí va a ser difícil con una población embrutecida por cuatro décadas de falsificación del pasado e hispanofobia y con gente que ve las cosas pero está sumida en la apatía y el derrotismo y con análisis simplistas, por no decir simplones,  de la realidad.