Un nuevo desafío de aquellos que quieren romper nuestra integridad territorial nos cita el 1 de octubre de este año.

Triste España, abandonada y traicionada por el gobierno de la Nación y todos los demás entes públicos, políticos y judiciales que sólo se aplican para reprimir a los que estamos dispuestos a luchar por ti y en evitar reacciones de una ciudadanía que tienen bien domesticada.

Pero pese a todo -pese a casi todos-, estamos tus orgullosos hijos  ansiosos por demostrarte nuestro amor. Para los falangistas, no hay mejor destino que amarte ni mejor momento que el actual para combatir a los enemigos de la Verdad, el Bien y la Justicia.

Y lo haremos con todos los medios a nuestro alcance, con la contundencia necesaria pero también con la alegría de quién sabe que la empresa bien lo merece.

Nosotros no vamos a dar argumentos ni legales ni económicos. Para eso ya está el mezquino Partido Popular asustando a los pensionistas catalanes o el traidor separatismo con su “España nos roba”. Al final son tan parecidos unos y otros que se complementan.

“España no es un cualquier amorfo territorio, carente de historia y de futuro. Si lo fuese, importaría poco su resquebrajamiento y su disgregación” decía Ramiro Ledesma.

España es una verdad en sí misma, trascendente y avalada por la historia pretérita y futura. Por ello ni es discutible ni pertenece a ninguna generación; Y mucho menos a la pugna de votos en una de sus regiones.

Por desgracia, seguimos padeciendo todos los males que dieron lugar al nacimiento de nuestro movimiento, así que deberemos dar a las urnas su más noble destino: El que nos indicara José Antonio en su discurso fundacional de Falange Española.

Ante esta nueva afrenta contra España, no pierdas la alegría, pero tampoco te quedes de brazos cruzados. La Falange te espera.