El próximo cambio del nombre de una treintena de calles y plazas en Madrid, sustituyendo los nombres de héroes y gestas de nuestra Cruzada Nacional por otros que vaya usted a saber nos lleva a la siguiente reflexión.
Analicemos brevemente esta triste historia, estudiando en detalle algunos casos que muestran la cobardía y la traición de personas a las que se supone estilo, valentía y honor.
La propuesta fue presentada por el grupo socialista del Ayuntamiento de Madrid que apoya en el gobierno del consistorio a la chusma podemita comandada por la «Roja Llongueras» Carmena.
Al frente de la banda socialista se encuentra el «Mariscal Carmona», catedrático de la elitista universidad San Pablo CEU, «ejemplo» de enseñanza pública y laica como todo el mundo sabe. Militar reservista del Ejército del Aire, cumplía hasta ahora una vez al año como Alférez profesor en la Academia General Militar de San Javier impartiendo la especialidad de ciencia económica.
Pues este «señor» no ha tenido ni el más mínimo reparo en proponer el cambio de la calle del fundador del Ejército del Aire -del que forma parte- y que no fue otro que el Teniente General JUAN YAGUE BLANCO, siendo el primer Ministro del Aire, falangista y héroe en la guerra y en la paz.
Claro que este personaje socialisto siempre podrá decir que él es un simple Alférez y que el hijo del General Yagüe, Teniente General como su padre, no hizo nada cuando el cobarde ayuntamiento del PP de San Leonardo de Yagüe le quitó la estatua, a lo que también contribuyó la actitud de su hija, miembro del PP, que miró hacia otro lado hasta el último momento.
Otro heróico camarada que se queda sin calle es el Capitán General AGUSTÍN MUÑOZ GRANDES, quién mandó la gloriosa DIVISIÓN AZUL durante la II Guera Mundial, de la que todos los falangistas nos sentimos orgullosos y depositarios. Pues bien, nuestro camarada también tiene otro hijo Teniente General del Ejército que cuenta entre sus «heroicidades» el haber ingresado en la Academia General Militar con 17 años -curiosamente ese año bajaron la edad- y que cuando es invitado a actos conmemorativos de la División Azul no permite que se cante el Cara al Sol (Himno de hecho de la División Azul) en una actitud rastrera y cobarde como la que tuvo cuando en la presentación de una excelente biografía sobre su padre, afirmó que no podría contarle a sus nietos que su padre fue «General de Hitler». Quizás hubiera preferido que lo fuera de Stalin o de Churchill.
Está claro que está más a gusto disfrutando de su «entrañable camaradería» con ese golfo, Rey también de España, experto en caza de elefantes y osos borrachos, además de conejos, con y sin «cuernos».
No es de extrañar que España y sus Fuerzas Armadas representen y pinten lo que pintan en el concierto internacional, con toda esta chusma de traidores y vendepatrias, entre los que también no conviene olvidar, a ese otro teniente general, candidato de Podemos, que ahora defiende la idea de la consulta independentista en Cataluña, entre otras «lindezas». Hay que ser mamón y mandilón.
Frente a ésto, nosotros los falangistas -y militares-, además de oponernos a este crimen destinado a borrar la historia, defenderemos con uñas y dientes el honor y la memoria de nuestros camaradas, desde el escuadrista hasta el de más alto rango y lo vamos a demostrar próximamente en las calles de España frente a los “carmonas”, las “carmenas”, y todos aquellos defensores de los asesinos chequistas del 36 y terroristas del 75.
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