El llamado Tribunal Prostitucional tiene otra patata caliente que le han mandado de Cataluña para que falle en cuestión de horas sobre una nueva ilegalidad cometida, en este caso, por el Parlamento de Cataluña.
El nombre de Prostitucional, en este caso, no es ningún insulto, si no el calificativo que se ha ganado a pulso desde su misma creación, por el carácter político de todos sus miembros y su actuación rastrera, servil y cobarde en actuaciones como la de Rumasa, las distintas sentencias sobre Cataluña y el uso de la lengua en aquella región, o sin ir mas lejos, en la legalización del brazo político de los asesinos de ETA, en contra de las sentencias del Tribunal Supremo.
Y como en los casos anteriores, su decisión no servirá para nada, como se puso de manifiesto frente al desafío separatista de la consulta independentista del año pasado. Sus miembros están asustados, acobardados y prostituidos, y lo mejor que pueden hacer es ir a hacer la «carrera» al cercano parque del Oeste.
Por mucho que el cobarde y traidorzuelo de Rajoy se intente escabullir, al final, el olor a pólvora en la plaza de San Jaume será la solución al intento de ruptura de la Unidad de España, como ya sucedió en octubre del 34.