Dentro de unos días, los falangistas realizaremos nuestra «Marcha Azul» en recuerdo y emocionado homenaje a nuestro fundador, JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA, presente en nuestro corazón cada día de nuestras vidas.

Asesinado por los socialistas-comunistas-anarquistas, que formaban el siniestro frente popular en aquellos años de máxima degradación de nuestra Patria.

En palabras de José Antonio, tan actuales como todas las suyas: «La cobardía del Gobierno está preparando los hilos de una burda maniobra impunista. Impunidad para los cabecillas y los dirigentes, impunidad para los militares que han deshonrado su uniforme y para los políticos que han lanzado a unas pobres masas embrutecidas de odio a las más atroces violencias.«(José Antonio 21-10-34).

En realidad, todo aquel periodo nefasto de nuestra historia es, entre otras muchas cosas, una gran paradoja. Obreros engañados, marxistas movidos por el odio, enemigos del cristianismo, liberales egoístas, derechosos cobardes…todos y cada uno permitieron y sostuvieron un régimen de terror en el que las torturas y asesinatos eran el pan de cada día.

Una de los motivos que provocaron, no sin razón en muchos casos, que los «revolucionarios de la alpargata» se dejasen manipular y formasen el sangriento «Frente Popular» fue la falta de justicia social y la desprotección de los más necesitados.

Esta situación injusta fue aprovechada por los enemigos de España para movilizar masas de hambrientos y necesitados haciéndoles creer que ir contra España era ir contra la injusticia. La miseria, los abusos de caciques y señoritos eran comunes, todo ello preparó un caldo de cultivo de odio y revancha que acabó en una sangrienta guerra civil entre españoles.

Si en aquel ambiente repulsivo alguien hubiera debido ser escuchado y seguido, sobre todo por los «parias» de España, estos hubieran debido ser José Antonio, Ramiro Ledesma, Onésimo Redondo, Julio Ruiz de Alda y todos aquellos que desde el valor, la formación, el profundo amor a España y a la Justicia Social lucharon y cayeron por la verdadera revolución social, la revolución que nuestros mejores proclamaron por los pueblos de España :»Ha sido inútil que la Falange Española de las J.O.N.S. alzara su voz reiteradamente contra un sistema político que juega con la Patria en una contradanza alternativa de derechas e izquierdas. Ha sido inútil repetir que el destino y el interés patrios son siempre los mismos y no pueden mirarse desde la derecha ni desde la izquierda, sino en toda su integridad. Pese a tales predicaciones, los partidos de izquierda se han esforzado en calumniamos, presentándonos, a sabiendas de que mentían, como defensores de un sistema capitalista que consideramos detestable, y las gentes de derecha han preferido agruparse alrededor de los jefes que presentaban programas más cómodos, aunque sacrificasen a la comodidad de tales programas toda emoción juvenil, española y profunda.«(F.E.. abril 1934).

Aquella chusma enferma de odio, engañada en su mayoría por la élite dirigente cuyo único afán era mandar, robar y llevar a España al borde de la desaparición en la cloaca marxista, no supo ver el grandioso mensaje falangista. Excepciones hubo, anarquistas, comunistas… decepcionados por un movimiento obrero anti español supieron entender el falangismo, de ellos, muchos pasaron a afiliarse a Falange y de estos, otros muchos nunca fueron perdonados por sus antiguos compañeros de filas frente populistas y asesinados por ello.

Está claro que la meta de aquel frente popular y sus dirigentes marxistas, liberales, anarquistas, … era liquidar a los más significados falangistas. El principal punto de mira era el joven abogado José Antonio. Objetivo a destruir por el ejemplo que dejaba en los corazones de los españoles que le seguían. Era un elemento peligroso por su valor, por su vida dedicada a la lucha nacional sindicalista, por su elevada formación cristiana militante, por su renuncia a las comodidades burguesas lanzándose por los caminos de España para llevar la esperanza a los más pobres: «Como el socialismo sólo busca la revolución social, hace del hombre una helada máquina de angustia y de odio, desligado de todo sentimiento: la religión, la Patria, la familia, el pudor mismo, son extirpados del obrero como sentimientos burgueses.«(15.8.34).

Aquel movimiento, sostenido por el amor a la Patria, a la Justicia, a la Verdad, a nuestras raíces, a nuestra FE, era insoportable para una sociedad entregada a los peores instintos. Tenían que acabar con aquel movimiento y con sus mejores hombres. Y todos ellos cayeron bajo la violencia frentepopulista: «Mi sueño es el de la Patria, el Pan y la Justicia para todos los españoles, pero preferentemente para los que no pueden congraciarse con la patria porque carecen de pan y de justicia. Cuando se va a morir no se miente, y yo os digo, antes de que me rompáis el pecho con las balas de vuestros fusiles, que no he sido nunca vuestro enemigo. ¿Por qué vais a querer que yo muera?.»

Nuestros mejores fueron eliminados físicamente pero «cometieron un error, es imposible fusilar las ideas» y aquella FE, 86 años después, sigue viva y más vigente que nunca. Mientras haya un español que sienta la emoción de nuestra gran Patria, que luche por la Unidad, que entienda la desesperación de los más necesitados y comprenda la necesidad de una España Grande, Unida y Justa, habrá esperanza. No necesitamos otro Frente Popular que nos iguale en miseria, necesitamos una revolución auténticamente española, una revolución FALANGISTA.

HOY MÁS QUE NUNCA, FALANGE ESTÁ VIVA.

¡¡¡PATRIA, PAN Y JUSTICIA!!!

#VuelveAcreer

#SomosLaFalange